Eso que llaman dignidad…

Van adelante los policías en su incansable batalla en contra de los excesos en la dependencia. El vejete conocido como Roncoa pretendió justificar las arbitrariedades. 

“Podrán quitarnos la gasolina, las patrullas y las camionetas, pero jamás nos quitarán la dignidad”, advirtió contundente una de las agentes de la Policía Estatal que viajaron a la Ciudad de México a denunciar a la autoritaria gobernanta, que se ha negado a hacerles justicia.

El escenario: el estudio de uno de los noticieros más vistos del país, de las de mayor audiencia y credibilidad. Que les abrió las puertas a los cinco uniformados que acudieron a la capital del país a narrar los abusos y excesos en que ha incurrido la jefa de la policía y amiga íntima de la mandataria.

—“El poder, ella tiene el poder para acorralarlos, para obligarlos a renunciar a la lucha”, observó el avezado periodista, uno de los más críticos de esta Administración encabezada por el tatich tabasqueño.

—“Vamos a seguir hasta el final, hasta las últimas consecuencias”, agregó la agente de la Policía Estatal, quien habla en representación de sus más de mil compañeros sublevados contra la corrupción y los abusos de su jefa, la guanajuatense Pelos de Sosquil.

La transmisión del noticiero concluye entre los aplausos de un grupo de ciudadanos que, al lado de don Julián, han dado seguimiento a cada una de las entrevistas que los policías sostuvieron con los diputados federales, con los senadores y con los conductores de varios noticieros de televisión y radio de la capital del país.

En contraparte, un vejete dormilón conocido como “Roncoa” ha intentado justificar desde el Senado el injustificable actuar de su jefa, la hija del Sátrapa Negro, quien no se tentó el corazón parta dejar sin sustento a siete familias, pues despidió arbitrariamente a los siete líderes de ese movimiento policiaco que se ha ganado el respaldo nacional y la solidaridad de todos los partidos políticos.

“La ‘batalla mediática’ la están ganando, sin duda alguna, los elementos policiacos que están en protesta desde hace más de 40 días. En castigos, abusos y arbitrariedades, es cierto, van ganando la sátrapa gobernante de cabello guinda y su secretaria Pelos de Sosquil, pero hay en los gendarmes un baluarte, un escudo que los protege de esos excesos de la mandataria”.

“Es eso que se llama dignidad y que no se cambia por nada, ni por presiones, ni por amenazas. Y es eso que se ha contagiado a miles de ciudadanos que los respaldan en su lucha y que tampoco van a ceder…” asegura don Julián.