ESCÁRCEGA.— Ni el Tren Maya ha salvado a los albañiles de tener un año difícil. La crisis económica de la mayoría de las familias se reflejó en la disminución de empleos.
Lo más triste, es el hecho de que el Ayuntamiento en lugar de respaldarlos, los marginó.
Privilegió solamente a los empleados de las empresas del alcalde Silvestre Lemus Orozco, quien acaparó la obra pública.
“El Tren Maya no empleó a muchos como se esperaba, y el Ayuntamiento en lugar de respaldar a los locales, les dio la espalda”, afirmaron Juan Francisco Asencio y Guillermo Manuel Ramírez, alarifes desde hace 15 años.
Las empresas constructoras desplazaron la mano de obra local y a eso le sumamos que las construcciones de particulares disminuyeron.
Es evidente, indicaron, que la reducción de construcciones por particulares es por falta de fuentes de empleo y oportunidades para los escarceguenses. De hecho, los insumos están caros.
Decenas de albañiles prefirieron irse a trabajar a Quintana Roo, principalmente a Cancún y Playa del Carmen, y otros emigraron a Estados Unidos.
En las pocas obras edificadas por el sector privado y el Ayuntamiento trabajaron unos cuantos alarifes locales, pues la mayoría de las constructoras trae a su personal, lo que nos impide asegurar un trabajo por un largo periodo, lamentaron.
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