Pasajeros someten a ladrón de combis

Molestia por pasividad de las autoridades

NAUCALPAN, Edomex. (El Universal).— “¡No valí ver…!, ¡No valí ver..!”, amenazó a gritos un ladrón asegurando que sus cómplices estaban adelante, al ser sometido por pasajeros en una camioneta de transporte público en calles de San José de Los Leones, donde las víctimas tras ser despojadas de celulares y dinero lo desarmaron y le respondían “¡Cállate!”.

El asalto se registró cerca de las ocho y media de la noche del pasado lunes en calles de San José de Los Leones, primera sección, en la parte alta de Naucalpan, dentro de una unidad de la ruta “Transportistas Unidos del Valle de México”, donde pasajeros sometieron a un ladrón, confirmaron autoridades de la Secretaría de Seguridad del Estado de México.

La cámara de videovigilancia ubicada en el interior de la camioneta de pasajeros tipo Urvan, a la que la gente sigue llamando combis, captó el momento en el que un hombre sacó una pistola y con insultos y amenazas obligó  a los pasajeros a que le entregaran sus celulares, al tiempo que aseguraba que no iba solo, que lo están esperando más adelante.

Después de haber robado al menos cinco celulares y dinero, una de las víctimas se lanzó directo sobre la mano donde el ladrón llevaba la pistola.

Otros dos, luego tres y hasta cinco pasajeros se sumaron a someter al ratero al que desarmaron y sometieron, mientras el sujeto los seguía amenazando que no iba solo y sus cómplices lo estaban esperando.

En ese momento un sujeto que estaba en la calle, se colgó de la ventana desde el exterior de la camioneta, por lo que uno de los pasajeros lo golpeó para que soltara sus manos y se desprendiera del vehículo que seguía avanzando, hasta que logró que cayera al piso.

Este es el segundo asalto en Naucalpan, en menos de una semana en que usuarios del transporte público de pasajeros, someten a ladrones que con amenazas e insultos les quitaron sus teléfonos y pertenencias.

Usuarios en las redes sociales celebran que el asaltante se fue con las manos vacías y el cuerpo tapizado de golpes. Y es que los constantes casos de asaltos en transporte público y la poca seguridad que ofrecen las autoridades, ha orillado a que los pasajeros tomen justicia por su propia mano.