López Obrador organizó el Primer Encuentro Continental de Comunicadores Independientes, un evento que, bajo la apariencia de fomentar el periodismo libre, resultó ser una plataforma para los periodistas más afines a su régimen. A la cita acudieron cerca de 300 periodistas de México y América Latina, muchos de ellos conocidos por su respaldo incondicional al actual gobierno.
El encuentro, en lugar de promover una verdadera independencia en el periodismo, se transformó en un espectáculo de apoyo explícito al gobierno y sus políticas. La administración de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se mostró como el nuevo destinatario de esta “línea editorial” predefinida, que se alineará con los intereses del régimen en los años venideros.
Este evento refleja una preocupante tendencia hacia la consolidación de un periodismo “independiente” que en realidad parece ser una extensión del aparato gubernamental. Lejos de fortalecer la libertad de prensa, se evidencia una estrategia para controlar la narrativa mediática bajo la premisa de una independencia que, en los hechos, se muestra altamente comprometida.
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