Mientras la inepta y corrupta gobernadora, Layda Elena Sansores San Román, insiste en presumir que “en Campeche por todo se hace fiesta”, y se esmera en maquillar las cifras reales sobre el aumento de la inseguridad y el colapso de la economía en nuestra entidad, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), a través de su Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), confirma que vamos de mal en peor, y que las expectativas son aún más sombrías.
No se pueden obtener resultados diferentes cuando la Administración Estatal tiene extraviado el rumbo. No podemos los campechanos esperar que la situación mejore, cuando la farsante y mentecata gobernadora está dedicada a sus frivolidades en lugar de tomar el timón del Estado para darle dirección.
En un nuevo ejercicio de gatopardismo —cambiar para que todo siga igual— la hipócrita y traicionera Layda Sansores hizo algunos ajustes a su equipo de Gobierno, sin tocar los asuntos que realmente ameritaban cirugía mayor y urgente. Por ejemplo, los relacionados con la planeación para el desarrollo, y los que se refieren al impulso para el desarrollo económico.
El poblano Miguel Ángel Gallardo López, quien se encuentra al frente de la Comisión de Planeación para el Desarrollo de Campeche (Copladecam), ha tenido un desempeño nefasto, infértil y desastroso, porque no ha generado las luces que orienten el rumbo hacia donde se debe conducir al Estado, y se ha dedicado simplemente a vegetar, a moverse rítmicamente al son de la ridícula danza del jaguar cuando la ocasión lo amerita, y a llenar su dependencia de foráneos, mientras desplaza a más y más campechanos, a quienes por cierto, trata con la punta del pie.
El yucateco Fernando Gamboa Rosas es otro inútil de siete suelas. Al frente de la Secretaría de Desarrollo Económico, este impresentable personaje no ha dado un solo resultado, su atrofiado cerebrito es una mina de ocurrencias, tan extravagantes como irrealizables. Es vox populi que ha convertido su oficina en su harem particular, donde se dan vida de jeques, mientras que la economía estatal sigue en caída libre.
Los datos del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) realizado por el Inegi son contundentes: Campeche presentó una caída de -3.2% en comparación con el primer trimestre de 2023, y un desplome más pronunciado de -7.2% respecto al mismo periodo del año anterior.
Y es una catástrofe que se presenta en todos los sectores. Por ejemplo, las actividades primarias, que incluye la agricultura y la ganadería, cayeron -7.7% en comparación con el segundo trimestre de 2023. Y no son resultados inesperados, al contrario, eso es lo que sucede cuando no funciona la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, porque su titular, Ramón Gabriel Ochoa Peña, está entretenido desviando recursos públicos y viendo la manera de ordeñar o apoderarse de los apoyos destinados para incentivar la actividad productiva.
En el sector secundario, que concentra la industria y la manufactura, el desplome fue de -9.1%, y la cosa se pone peor cuando se excluye la minería petrolera, pues entonces la caída es de -16.3%. ¿Quiénes en el gabinete tienen a su cargo el fomento de las actividades en ese sector? Es algo que nadie tiene claro, porque todo el “equipo de Gobierno” de la senecta Sansores, anda de cabeza.
Se observa una leve recuperación en las actividades terciarias, que abarcan el sector de servicios, pues aumentaron en 0.7%, lo que es atribuible a la nula creación de empleos y a la carencia de oportunidades de progresar, que ha obligado a los campechanos a vender cualquier platillo en alguna esquina para obtener algunos pesos que ayuden a que sobrevivan sus familias.
Tras contemplar estas cifras, que demuestran el desastre en que este Gobierno de Todos los Sansores ha convertido la economía estatal, la descerebrada gobernadora y sus lambiscones asesores salieron a repartir sus cada vez mas encogidas despensitas con algunos enseres domésticos y entregaron ridículos apoyos a los empresarios y productores afectados, que no sirven más que para mitigar esa miseria en la que nos han metido.
Lo preocupante es que ante la difícil y cada vez peor situación que vivimos los campechanos, el cerebro de Layda no da para más ideas. Por eso los campechanos la siguen reprobando en las encuestas, pues además, en su terquedad o demencia de mantener al frente de la SPSC a la inepta guanajuatense, Marcela Muñoz, ha contribuido a que la inseguridad adopte carta de naturalización en Campeche, y que la delincuencia tome control en todos los Municipios.
No hay duda que la principal responsable de esta hecatombe económica por la que atraviesa nuestro Estado, es la ineficiente, corrupta y vengativa gobernadora Layda Sansores San Román, quien simplemente no da una en todos los rubros de la Administración Estatal. Su Gobierno es un fracaso. Sus nefastos resultados lo confirman todos los días.
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