La senecta y arbitraria Layda Elena Sansores San Román no tenía nada qué informar a la mitad de su administración, y por eso recurrió a los anuncios fantasiosos…
Pocos dudan que el mismo personaje que le sugirió a Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, presentar sus proyectos y maquetas en el primer informe, en lugar de dar a conocer resultados y logros, es el mismo que aconsejó a su tía, que diera a conocer a la mitad de su Gobierno, sus ”anuncios”, “utopías” o “sueños”, con los que prometió que nuestro Estado alcanzará el progreso y desarrollo, al que por décadas hemos aspirado.
Se trata según nuestras fuentes, de Gerardo Sánchez Sansores, alias Seso Loco, ese eslabón político perdido que hay entre Moreno Cárdenas y Sansores San Román. Ese astuto y corrupto camaleón que ha sabido chapulinear de una administración priísta caracterizada por la corrupción, a un Gobierno morenista que ha sobresalido por el saqueo y la ineficiencia.
La senecta y arbitraria Sansores San Román no tenía nada qué informar a la mitad de su administración, y por eso recurrió a los anuncios fantasiosos (utópicos les llamó ella), “con los cuales en los próximos tres años cumpliremos los sueños que hemos anhelado”, según los dichos de la propia mandataria en el paroxismo de su evento del pasado jueves.
Alito hablaba de “crecer en grande”. Layda Elena habla “de cumplir nuestros sueños”, pero en el entendido que ella gobierna para su tribu, para su horda y para su secta, según ha manifestado en reiteradas ocasiones, suponemos nosotros que los sueños que se van a cumplir son los de su familia, y si con el saqueo del papá Negro, aseguraron la sobrevivencia holgada y opulenta de las primeras cuatro generaciones, con el que ocurre ahora van a garantizar una vida eterna carente de privaciones.
Si bien es cierto que próximas entregas iremos analizando cada uno de los ocho o nueve “anuncios” que planteó Sansores San Román en su evento del sábado, su propuesta de construir el “gran teatro de Campeche”, se asemeja en un 99.9 por ciento al “Foro Campeche” que Alito prometió edificar en 464 mil 880 metros cuadrados, “con 4 accesos que permitirán una capacidad mínima de 14 mil personas y máxima de 19 mil 500 para disfrutar de espectáculos deportivos y culturales. Tendría 68 palcos y 4 espacios para la instalación de restaurantes con vista interior al recinto, 12 espacios con acceso exterior y 28 locales comerciales en su interior. Contará con 8 escaleras de acceso a las gradas, 4 elevadores y 4 rampas. Tendrá un estacionamiento de 10 mil 48 metros cuadrados que permitirá estacionarse a 2 mil 231 vehículos”, etcétera.
No conocemos los detalles del “gran teatro” que ha prometido Layda, pero que nadie dude que tendrá características similares a las de Alito. El “gran inspirador” de ambos proyectos es el mismo. Y es tan, pero tan corrupto, que pocos dudan que esté reciclando las mismas maquetas, pero revendiéndolas a precios mucho más elevados. Terrible este pillín sobrinín.
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