SE PRESENTARÁN BANDAS COMO GUNS’N’ROSES E IRON MAIDEN
CIUDAD DE MÉXICO (El Universal).— Rock in Río, el mayor festival de música del mundo, abrió las puertas de una nueva edición en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, que ofrecerá unos 250 conciertos en 7 días para 700 mil espectadores, que agotaron las entradas para disfrutar de bandas como Guns’N’Roses e Iron Maiden.
Tras la pausa provocada por la pandemia de Covid-19, que obligó a los organizadores a aplazar las ediciones que estaban previstas en Lisboa en 2020 y en Río de Janeiro en 2021, el festival regresa a la ciudad brasileña en la que nació en 1985, para la que será su novena edición en Brasil y vigésimo primera a nivel mundial.
En la edición de este año, con maratones musicales programados para los días 2, 3, 4, 8, 9, 10 y 11 de septiembre, las atracciones estelares cada uno de esos días serán, respectivamente, Iron Maiden, Post Malone, Justin Bieber, Guns N’Roses, Green Day, Coldplay y Dua Lipa.
El festival inició con la noche de rock más pesado, en la que las atracciones en el palco principal fueron los grupos Sepultura, Gojira, Iron Maiden y Dream Theater, y concluirá el domingo de la próxima semana con una jornada más pop y en la que las atracciones del “Palco Mundo” serán Dua Lipa, Megan Thee Stallion, Rita Ora y la brasileña Ivete Sangalo.
Además de los cerca de 670 artistas que ofrecerán 507 horas de conciertos, los asistentes, 100.000 a cada una de las siete noches, podrán disfrutar de numerosas atracciones y de todo un parque de diversiones con dos montañas rusas, una rueda de Chicago gigante, un elevador de caída vertical, un “Discovery” y una tirolesa que pasa justo al frente del escenario principal.
Para justificar el eslogan escogido para la edición de este año, “el mayor y el mejor Rock in Río de todos los tiempos”, los organizadores aumentaron el espacio de la llamada “Ciudad del Rock” hasta 350 mil metros cuadrados, para reducir las aglomeraciones y despejar cada una de las atracciones.
Esa expansión también busca evitar protestas y conflictos en un Rock in Río que se celebrará por primera vez en plena campaña de las elecciones presidenciales más polarizadas en la historia de Brasil.
“No habrá espacio (para protestas). El reencuentro (de los espectadores) tras la pandemia tiene más peso que cualquier desencuentro. La música no tiene lado. La música no va a resolver el Brasil fracturado, pero descomprimirá y garantizará un momento de respiración para todos los grupos”, afirmó el presidente del Rock in Río, Roberto Medina.
El festival, que desde 2017 se realiza en el Parque Olímpico que Río construyó para los Juegos Olímpicos de 2016, aprovechará los diferentes gimnasios para montar sus atracciones paralelas.
La Arena 2 fue convertida en un gigantesco teatro en el que será escenificado el musical Uirapuru, de 25 minutos y que, en sus cuatro presentaciones diarias, relata la fábula del pájaro amazónico que realiza los deseos de quienes escuchan su canto.
Este musical del nivel de Brodway tendrá en su palco una cascada artificial de 40 metros de extensión, en la que caerán 200 mil litros de agua por hora.
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