Se perdió una batalla…

Negro futuro le espera a los gendarmes que se rebelaron durante más de 104 días. Se expondrán a la insaciable sed de venganza de la Tía Rata y de su amada momia guanajuatense…

El tema que centró la charla en la reunión vespertina de don Julián y sus amigos, fue la decisión de los gendarmes de poner fin a su movimiento de protesta que durante más de 104 días encabezaron en contra de la Tía Rata y su jefa de la Policía. Había pesar, tristeza, enfado y también resignación.

—“No había más camino que reincorporarse al servicio institucional —indicó el veterano charlista—, los ahogaron por todos lados, y nadie puede sostener una batalla tan prolongada sin los recursos suficientes. Peor aún, si el adversario juega sucio, y castiga por donde más duele, que es el bolsillo y la familia de cada uno de esos valientes guerreros”.

Don Memín, el rechoncho aseador de calzado advirtió con preocupación: “Lo grave del caso es que esas presiones, ese juego sucio, esas perversidades de la rata mayor de Palacio, no van a cesar ahora que nuestros amigos policías retornen al trabajo institucional. Ya están fichados, están bien identificados, y a la primera que puedan, no sólo los van a cesar, sino que los van a exhibir. La sed de venganza de la loca y de su amada momia es muy grande”.

—“Y como diría el Chapulín Colorado, ¿y ahora quién podrá ayudarlos?, cuestionó doña Chela, porque ya una vez que se reincorporen al servicio volverán a ese rígido régimen militar que no tolera protestas ni inconformidades, y en donde las órdenes simplemente se acatan, no se discuten. Ni la Comisión de Derechos Humanos podrá asesorarlos. Estarán en las manos de la momia guanajuatense”, lamentó.

Don Julián se compadeció del negro futuro que tendrán los policías sublevados. “No sólo han tardado en dar respuesta oficial a su solicitud de poner fin a la protesta, sino que hasta se burlaron de ellos, y los acusaron de estar al servicio de un partido, algo que es calumnioso e intrigante, como todos los chismes que propaga la corrupta mandataria”.

“Lo importante es que sólo se ha perdido una batalla, continuó don Julián. No se ha perdido la guerra, y los compañeros policías y las mujeres valientes tendrán que tener un desempeño ejemplar de aquí en adelante, en espera de que vengan nuevos tiempos, de que esta manada de mentecatos corruptos que llegaron al poder con el partido guinda, sean echados para siempre de sus cargos, y que los releve gente decente, capacitada, sensible e inteligente que de verdad gobierne para todos y no sólo para su secta, como sucede en la actualidad…” .