Autoengaños

“Los mismos harán siempre lo mismo”, acostumbraba decir un viejo gurú del partido tricolor, a quien sus amigos conocieron como “Mala Suerte” y quien ya pasó a mejor vida.

Se refería el veterano político a que cambiar de colores no redime ni transforma a nadie. El que es pillo lo será siempre, así milite en el partido más conservador del universo, o en el que postula “no mentir, no robar ni traicionar” pero que en los hechos hace todo lo contrario.

Viene a cuento la frase del popular “Mala Suerte” porque los prosélitos de la Tía Rata a quienes envió como candidatos para convencer a los nativos de que vuelvan a votar por ellos, han surgido de las mismas filas del partido al que la gobernanta califica como “corruptos” y tienen por tanto las mismas malas mañas y costumbres.

Se inventan encuestas para engañar a los votantes con que van arriba en las preferencias ciudadanas, o bien se autoasignan premios, reconocimientos y menciones honoríficas de “instituciones patito” que cobran bastante bien por esas medallas corcholateras, pero que en los hechos no tienen ningún respaldo real.

Por ejemplo la candidata de la Tirana de Palacio que aspira a gobernar la capital del reino, a quien se presenta también como la “heroína del amor” que sufrió un atentado por parte de la mafia y quien en lugar de escapar regresó a la escena del crimen para “salvar” al amor de su vida, se autoasignó el reconocimiento “la mujer influyente del año” sin que los supuestos influenciados sepamos la razón de esa extraña distinción.

“Son los mismos quienes hacen lo mismo” nos responde desde algún rincón de la otra vida el popular “Mala Suerte”, y con toda razón nos aclara que ese tipo de acciones refleja el pánico  que hay en el equipo gobernante, porque por más que recurren a las marrullerías y a la compra de credenciales para votar, no tienen garantizada la victoria, porque estiman que habrá otro tsunami electoral sólo que en esta ocasión, ellos van a ser las víctimas del nuevo despertar ciudadano.

Si han vivido durante dos años y medio del autoengaño, de los autohalagos y de los aplausos rentados, parece que seguirán por la misma ruta y seguirán las encuestas inventadas y los reconocimientos ficticios a sus candidatos y candidatas, ya que por sí mismos no tienen valor alguno y por eso buscan colgarse medallas de corcholata.