No abandona Layda Elena su costumbre de lucrar con la desgracia. En su pasado opositor la utilizaba para culpar al Gobierno y exigir votos de castigo. Hoy los usa solamente para la foto….
Mientras que la insensible gobernadora Layda Sansores continúa encerrada en algún refugio secreto para no exponerse a las ráfagas de viento, las inundaciones, los mosquitos, los charcos, el bochorno o la lluvia que pudieran poner en riesgo su delicada humanidad, dos de sus personeras continúan con su “gran labor” de llevar despensitas a las comunidades afectadas.
Las candilejas que le pusieron a Marcela Muñoz para elevar sus bonos de popularidad visitando la unidad habitacional Siglo XXI y la comunidad de Ich Ek, no trajeron los resultados que se esperaban. La mayoría de los comentarios en las redes sociales le fueron ampliamente desfavorables y el objetivo de reposicionarla fracasó, pues ahora la gente la repudia más.
Marcela sabe que la gente no la quiere, y por eso es que en sus publicaciones en sus redes sociales, restringe los comentarios de los internautas. Nadie puede opinar ni a favor ni en contra de lo que publica, pues en el fondo ya sabe que el saldo va a ser ampliamente desfavorable.
No les funcionó Marcela, y sacaron de su encierro a Laurita. Con una gracia encantadora tipo Paquita la del Barrio, la presidenta del DIF Estatal fue fotografiada entregando despensitas en la comunidad —imagínese usted— denominada Andrés Manuel López Obrador, ubicada cerca de Laguna Grande, en el Municipio de Escárcega.
“En su abrazo sentimos su dolor, su desesperación y vimos las lágrimas en sus ojos por la incertidumbre de un mañana que aún vislumbran incierto”, escribió la gobernadora Sansores en una apología poética de esa simple visita que realizó su hermanita. “Que la esperanza no abandone su corazón, juntos saldrán adelante”, remató la senil mandataria, con lo que seguramente esa población damnificada ya resolvió todos sus problemas. Ni siquiera aparecen en el mapa, pero la senil mandataria ya les mandó toneladas de esperanza.
No abandona Layda Elena su costumbre de lucrar con la desgracia. En su pasado opositor utilizaba las carencias del pueblo para culpar al Gobierno de esa situación, y exigir votos de castigo. Hoy que es Gobierno se aprovecha de las necesidades para generar la idea de que tienen toda la ayuda, aunque en realidad sólo los utilicen para las fotos de posibles campañas futuras.
Y a todo esto ¿por qué no ha salido la gobernadora Sansores a llevarles personalmente la “esperanza” a esas comunidades afectadas? ¿Por qué sigue sin dar la cara ante la gravedad del desastre que aqueja a varias poblaciones y a muchas regiones del Estado? ¿Cuándo asumirá la real conducción de los destinos de la entidad que ella dice que gobierna?
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