Gobernanta fifí

Las vacaciones de la anciana de Palacio en realidad también las disfruta el pueblo, porque ya nos acostumbramos a su ausencia y porque con ella, las cosas empeoran…

Después del deslucido evento de ”mensaje político” que sus porristas a sueldo pretenden presentar como su “tercer informe”, la Tía Rata se fue de vacaciones, junto con toda su familia y su amante incómodo, con quienes festejará también su cumpleaños número 80. Va en la cuarta edad.

—“Lo mejor de todo es que cuando nuestras autoridades no están, las cosas salen mejor. Recordemos que durante los tres meses de protesta de los policías, la inseguridad descendió, lo mismo que el índice delincuencial. Ahora que no está la Ruca Gacha esperemos que haya más paz y tranquilidad, y menos odio y rencor que esa anciana irradia”, señaló doña Chela.

—“Ya está comprobado que todo el aparato gubernamental funciona sin necesidad de que esté la senecta mandataria —apuntó a su vez don Memín— los trabajadores del Gobierno sí le son leales al pueblo y no están al servicio de una sigla partidista, a pesar de que esta loca pretenda obligar a todos a afiliarse al partido guinda y a convertirse en activistas de esa ideología. Esa es la peor traición que le puedes hacer a la gente que votó por ti”, rubricó.

El poeta Casimiro se sumó a las congratulaciones por la ausencia de la Tía Rata. “Por fortuna también van a descansar nuestros oídos y no escucharemos la sarta de babosadas que dice cada martes en su programa tragicómico-musical, pues lo suspendió hasta nuevo aviso. Dios quiera que ya no los transmitan más, ¡es una verdadera porquería!”, exclamó.

Don Julián coincidió en que las vacaciones de la anciana de Palacio en realidad también las disfruta el pueblo, porque ya nos acostumbramos a su ausencia y porque con ella, las cosas empeoran. “La Tía Rata es una de esas gobernantas fifí que tanto critica el Pejidente. Porta joyas carísimas y todo su ‘outfit’, como le llaman los jóvenes a su vestimenta y zapatos, cuestan varias decenas de miles de pesos. Viaja en clase de lujo cuando se va de vacaciones, y el destino que escoge es de los más caros. Así ha sido toda su vida gracias al saqueo de su papá, y ahora pagado con el dinero del pueblo”.

—“A quienes hay que cuidarle las manos es a sus colaboradores más cercanos y a su sobrino el Tarado sin Cerebro, ya que ‘cuando el gato no está los ratones hacen fiesta’, y esa bola de ratas asquerosas no desaprovecha ninguna oportunidad para embolsarse todo el dinero que puedan. Por lo pronto disfrutemos de las vacaciones que nos regala la Ruca Gacha y seamos felices”, convocó el poeta Casimiro.