Siempre hay otros | Los presidenciables

Mariano Espinosa Rafful

“La religión es verdad para la gente común, falsa para los sabios y útil para los poderosos”.

Séneca.

Tiempos de turbulencias políticas, tempestades de ansiedad, desmarques de colores que fueron fieles acompañantes por años, en esa sutil ambición que sólo se equipara al momento de otra decisión, la actual mantiene objetivos con diferentes metas.
Tres opciones a la carta de las mexicanas y mexicanos que degustan, desde el amanecer, el consumo de la esperanza, el juego de movimientos de fichas en un tablero imaginario, donde los peones ya no abundan tanto, sobresalen los alfiles y las torres, no de Catedral, sino de inmunidad e impunidad ante el asombro del respetable.
Vamos por partes, en lo que será este miércoles 6 de septiembre, el penúltimo destape total de la opción morenista, a sabiendas que los del Frente de enfrente han ido ganando espacios en los medios de comunicación tradicionales, por el resultado previsible, en las mediciones a priori, donde Xóchitl Gálvez ha sido designada Coordinadora para enfrentar al partido en el Gobierno, con sus dos rémoras.
El domingo pasado el Ángel de la Independencia fue testigo de un acto inusual en la vida política y ciudadana de México, la entrega de una constancia para encabezar las propuestas, los trabajos y el reto mayúsculo de competir para ganar, no para ser comparsa, en la algarabía de los que se atreven a mirar otro país en el futuro a mediano plazo.
Estaremos atentos, quienes somos parte de generaciones, de lectores en blanco y negro, multicolor ahora, en esa crítica necesaria, pero no suficiente, de gobiernos que han quedado a deber, entre lo que ofertan y lo que resulta, para conocer ya arriba el telón de las opciones, para tomar una de ellas, en el entendido que serán mujeres dos al menos, en una tercia en duda.
Morena le apuesta todo su resto a Claudia Sheinbaum, desde Palacio Nacional hasta la mayoría de las y los mandatarios estatales, en una contienda interna dispar, con espectaculares poco claros en los precios pero que lograron atraer al consumo político diario, en el anecdotario hasta en domingo, escuchar junto a la mesa donde comíamos mariscos en la colonia Roma, el interés en el tema central del México del mañana.
La pregunta que es recurrente en todas partes, de ese interés genuino de los que dudan, con la notoria ausencia de un amigo que no está más entre nosotros, y que realizaba el buen Rodolfo, análisis a fondo de los pensamientos entre el populismo, el modernismo y la realidad política que consumimos, a propósito de lo que hay.
Porque Marcelo Ebrard como todos los que se suben al templete de la política, tienen un historial de contrastes, de lo bueno y lo malo, de las certezas y las dudas, de los aciertos y los horrores en la corrupción por obras que han sido parte del negro panorama que no se cubre con promesas actualizadas.
Por último, Movimiento Ciudadano, cargado a los afectos de quien lo tripula desde que era Convergencia, lucrando con candidaturas, aspiraciones, gobiernos ganadores, desmarcados por ahora y hasta lucrativos silencios y no participaciones como en el Estado de México, que no nos hacen dudar, sabemos de antemano que restar, multiplica en la política del avestruz.
Lo camaleónico está latente entre el 6 de septiembre y el mes de enero, conocer de qué tamaños está hecho el excanciller, perdedor en silencio, quejumbroso acusador de ventajas durante todo el proceso, o fiel adorador de lo que tiene y no querrá perder en el viejo continente.
La presión por los expedientes a la vista, ha sido una constante de la política a la mexicana, parte del embrujo seductor de la sal y la azúcar, entre la amargura y la dulzura de saberse incluidos o excluidos en el reparto final. Esperar que llevo prisa.