GOBIERNO DEL ESTADO SÓLO APORTA 23 MDP DEL PRESUPUESTO DE 92 MDP
El programa de entrega de 90 mil 845 bultos de fertilizante a 20 mil 944 campesinos, con inversión de 92 millones 661 mil pesos, no es transparente ni claro, ya que tras el análisis matemático se registra un sobrante de siete mil 69 sacos, y un saldo por más de ocho millones de pesos, que no se sabe en manos de quién quedará.
De acuerdo con el programa que expuso el secretario de Desarrollo Agropecuario, Ramón Gabriel Ochoa Peña, a la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, la inversión es tripartita. El productor pagó el 50 por ciento de esta cantidad, o sea 46 millones 33 mil pesos, y el otro 50 por ciento se dividió entre el Gobierno del Estado y los ayuntamientos que participan en el programa.
El Gobierno aportó 23 millones 16 mil 500 pesos, y entre todos los ayuntamientos a cuyos campesinos les toca el fertilizante, el restante de 23 millones 16 mil 500 pesos, para llegar a la suma de 92 millones 661 mil pesos.
Según estas cifras, cada productor debió depositar por bulto de fertilizante 520 pesos, y cuando él funcionario expone que la inversión es de 92 millones 661 mil pesos para adquirir 90 mil 845 bultos, con costo por unidad de mil 19 pesos con 99 centavos, se deduce que cada campesino debió depositar 509 pesos con 50 pesos.
De acuerdo con la exposición del secretario, si se dividen los 90 mil 845 bultos para 20 mil 944 productores, le tocaría a cada uno cuatro bultos, que, multiplicados por el total de beneficiarios, (20,944) estarían entregando 83 mil 776 sacos, lo que tendría un costo de 84 millones 902 mil pesos. De esa forma, quedaría una reserva de siete mil 69 bultos que habrían costado siete millones 164 mil pesos adquiridos a mil 13 pesos 45 centavos.
El funcionario cuadra sus cifras sin medir bien la cantidad de beneficiarios con la cantidad de bultos de fertilizante a entregar, porque si sumamos los 84 millones 902 mil pesos que costarían los 83 mil 776 bultos, más los siete millones 164 mil que sobran, nos arroja la suma total anunciada de 92 millones 661 mil pesos.
Cercanos a Ochoa Peña comentaron que no se ha explicado ¿para que ese guardado, ¿si será en efectivo o en especie?, ¿a qué empresa o empresas se adquirió el fertilizante?, ¿si los bultos restantes servirán para cubrir compromisos pactados para plantones, amigos, líderes a modo, morenistas, seguidores del proyecto o se quedará en las manos de quienes operan el programa.
Porque, ¿qué explicación tendría comprar de más o hay quienes en lugar de cuatro les tocará de seis o 10 sacos?, ¿y el saldo de los campesinos se les reintegrará? Porque si pagaron 520 pesos y ellos los consiguieron a mil 13.45, serían dos mil 26 pesos por sus cuatro bultos del productor al 50 por ciento.
Ellos depositaron dos mil 80, por lo que tienen un saldo a favor de 54 pesos, que multiplicado por 20 mil 944 productores dan un total de un millón 130 mil 976 pesos a favor de los productores. ¿Les devolverán lo entregado de más?
NO RESUELVE PROBLEMAS
Aún más, el secretario de Desarrollo Agropecuario, Ramón Gabriel Ochoa Peña, no ha anunciado algún programa complementario para el campesinado, y si lo que se pretende es dar un paliativo al campo, es más que evidente que cuatro bultos sólo podrán sembrar una hectárea, que servirá para autoconsumo y que no les falte masa y tortilla a los hogares más pobres. Profesionistas involucrados en el sector agropecuario y funcionarios cercanos a Ochoa Peña, comentaron que el programa de subsidio al fertilizante debe ser analizado objetivamente, por las consecuencias que puede tener el malestar de los campesinos, dado que tampoco se habla de proporcionar apoyo de otros insumos para la siembra.
Haciendo cuentas, explicaron a TRIBUNA, tenemos que sólo para una hectárea, con la semilla de la marca Pro Ace, cuyo costo es de tres mil pesos, tres bultos de fertilizante que cuestan tres mil 300 pesos; para la preparación del suelo (combustible para la máquina), dos mil 400 pesos; para sembrar una hectárea, 700 pesos; el líquido para zacate, 480 pesos; fumigación, 500 pesos; jornal, 750; trilladora para la cosecha, mil 800 pesos; flete, mil 300 pesos; comida, 500 pesos, sin tomar en cuenta otros gastos varios.
Así, el costo aproximado para producir en una hectárea es de 11 mil 730 pesos, y si bien le va en la cosecha al campesino, obtiene de cuatro a cinco toneladas.
Si se mantiene el precio base de cuatro mil pesos la tonelada ante la oferta y la demanda, alcanzan 20 mil pesos, y si restamos los gastos, se quedan con un aproximado de ocho mil pesos, que le servirán para guardar o pagar créditos anticipados para poder sembrar otras hectáreas.
Esto el secretario de Desarrollo Agropecuario no se lo informó a la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, nos dicen los analistas. Por eso no está la parte sensible para el apoyo integral para detonar el campo. Utilizan lo relacionado con la guerra de Ucrania para decirles a los campesinos que no habrá fertilizante, porque ese país es el principal productor, y eso determinó el precio y encareció las cuentas que presenta Ramón Ochoa a su patrona, que no cuadran con la realidad.
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