Traidores y cínicos 

La extinción de estos organismos autónomos también confirma que este Gobierno  de la 4T no está abierto al diálogo ni a los acuerdos. Ensoberbecidos por el control  legislativo, les importa un comino avalar graves retrocesos democráticos…

En sesión nocturna efectuada el pasado domingo, que concluyó casi a la medianoche, diputados de Morena y sus aliados del PT y PVEM,  aprobaron la extinción de los órganos autónomos del país con 20 votos a favor y 11 en contra. La reforma constitucional redistribuye las funciones de estas entidades a diversas dependencias federales. O sea, ahora el Gobierno vigilará al Gobierno.

Una de las desapariciones más sentidas por la sociedad, se refiere al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), cuyas funciones ahora pasarán a la Secretaría de la Función Pública (SFP), órganos de control del Poder Judicial, organismos autónomos y contralorías del Congreso de la Unión.

También desaparecen la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre otras dependencias que estaban madurando aún su proceso de ciudadanización y su desapego total de las instancias de Gobierno.

Se trata evidentemente, de un severo retroceso a la participación ciudadana en esas instancias de Gobierno, y el tema de la transparencia puede ser la pérdida más sentida, pues gracias al INAI, se conocieron muchos malos manejos desde el famoso “toallagate” de Vicente Fox, hasta la mentada “casa gris” de uno de los hijos de Andrés Manuel López Obrador.

No tuvieron los organismos estatales de transparencia los mismos resultados  que el INAI, y por eso podríamos afirmar que es correcta la decisión de desaparecerlas, fortaleciendo en cambio las funciones del Instituto Nacional. Pero está claro que a los gobiernos de la 4T no les importa la transparencia. Por el contrario, les representa un lastre, un conflicto, un riesgo para su permanencia.

La extinción de estos organismos autónomos también confirma que este Gobierno no está abierto al diálogo ni a los acuerdos. Ensoberbecidos por el control que tienen de las cámaras de Diputados y de Senadores, así como de la casi totalidad de las legislaturas estatales, avasallan sin piedad y acatan servilmente las instrucciones de la presidenta Sheinbaum, sin importarles los retrocesos democráticos que esas decisiones  representan.

En Campeche, la Legislatura Estatal confirmó una vez más que su compromiso no es con el pueblo, sino con el Gobierno traidor al defienden y sirven. Tuvieron que sesionar casi en lo oscurito —algo inédito, pues lo hicieron en domingo por la noche— para no pasar la vergüenza de escuchar los abucheos de la sociedad campechana, que todos los días confirma que ha sido un error darles tanto poder.

Y lo aterrador es que, nos aseguran, que aún falta lo peor por venir.