Otro monumento…

El edificio donde le construyen su Palacio a la Momia de Guanajuato, iba a ser oficialmente la sede de todas las oficinas del Gobierno, con la idea de ahorrar el gasto en rentas…

“Que se van a derrochar más de 200 millones de pesos para construirle su casa de lujo a la Momia Guanajuatense, mientras que decenas de elementos policiacos carecen de equipos, las patrullas están en pésimas condiciones y sus uniformes la verdad es que dan pena ajena”, aseguró don Julián en la tertulia vespertina con sus amigos.

—“Es la obra más ostentosa, si no es que la única que está haciendo, mas bien terminando, la Tía Rata, y claro, la favorecida es su amada Marchueca, que está más chueca que la antigua carretera a Seyba”, respondió presto don Memín antes de soltar sonora carcajada.

—“Fuera de vaciladas —intervino doña Chela—, es una obra tan ostentosa como innecesaria. El edificio donde le construyen su Palacio a la Momia de Guanajuato, iba a ser oficialmente la sede de todas las oficinas del Gobierno, con la idea de ahorrar el gasto en rentas, y para facilitar que los ciudadanos puedan hacer varios trámites en un solo lugar, como el viejo edificio de los Poderes, como se conocía antiguamente al Palacio. Ahora quieren hacer su “ciudad segura”, cuando la verdad es que se trata de una edificación faraónica, como un monumento al amor que le profesan las hermanas ratas a la  güera desabrida”.

—“Tienes toda la razón del mundo —concedió don Julián— tanto en el derroche innecesario, como en el amor que le profesan las hermanas ratas a la Momia Guanajuatense. Es increíble que sean destinados más de 200 millones de pesos a un edificio que servirá para muy poco, pero que le dará mucha comodidad a la güera falsa, y que, por ejemplo, no se haya erogado un solo peso para construir casas de interés social. Ya van tres años de este pésimo Gobierno, y no se ha edificado ninguna sola vivienda para la gente pobre, y eso que a ellos, a los pobres, les iban a dar lo mejor”.

—“También es una muestra de ese amor extraño que se tienen ahora algunas personas —insistió doña Chela— porque fuentes bien informadas me aseguran que el verdadero cariño es entre la hermanita ratita y la comandanta foránea, y no entre la jefa de ambas, pero claro, ha crecido el afecto entre ellas, y por eso se encubren, se protegen y se han enquistado en sus cargos”, añadió.

Esta vez fue el poeta Casimiro el que se santiguó en tres ocasiones. “Jesús, María y José —exclamó— de lo que uno se entera en estas tertulias. Ya no hay temor a Dios. Esto se está convirtiendo en una sucursal de Gomorra. ¡Ojalá que no nos manden el castigo que describe la Biblia para esos pecadores!”, concluyó.