Layda creció burocracia en 4 mil personas, que significan 120 mdp anuales
La Administración de Layda Elena Sansores San Román fracasó en el fomento de las inversiones y engrosó la burocracia, que pasó de 65 mil 800 personas al recibir la gubernatura el 15 de septiembre de 2021, a 69 mil 800 al cierre del año pasado, lo que representa más de 120 millones de pesos extras, que eroga como gasto corriente en salarios, materiales, suministros y servicios generales.
La inversión extranjera directa (IED) se situó en apenas 39.4 millones de dólares y tasa de decrecimiento económico anual de -3.3%, que nos coloca en el último lugar nacional, galopante inflación, que rebasa el 7%, y ningún tipo de ajuste al “gasto de funcionamiento”, lo que deja por los suelos el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador y su estrategia de austeridad.
Sansores San Román seguramente en su Segundo Informe ocultará estas y otras cifras, como su salario, sólo 13 por ciento por debajo del de López Obrador.
Una de las calificadoras de las actividades de los gobernadores destacó en su reporte de julio, que Sansores San Román está en el lugar 27 de 32 en ranking de honestidad, sexto en percepción de corrupción y 23 en manejo de finanzas, que la sitúa en el lugar 20 en desempeño.
Y no es para menos. Desde que tomó posesión es de los 12 Estados cuya actividad económica no se ha recuperado. El peor desempeño lo muestra Campeche, con 16.9% por debajo de su nivel prepandemia”, revela “México, ¿Cómo vamos?”.
En su primer año de gestión reportó caída de 5% en su Producto Interno Bruto (PIB), señala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegí), al reportar en 2021 la cifra de 462 mil 353 millones de pesos, inferior al final de la Administración de Carlos Miguel Aysa González, que llegó a 517 mil 309 mdp, y situaba a Campeche en lugar 13 de las economías del país. Llegó a la mitad de la tabla, con caída de tres lugares con Sansores.
La debacle económica-financiera de la entidad no está reflejada en la disminución de la producción de crudo, pues las cifras no consideran esa parte. Lejos de como prometió hacer de Campeche un polo de atracción de la Inversión Extranjera Directa, la desconfianza en su Administración provocó importante contracción.
Los magros 39.4 millones de dólares de la morenista representan el 10% de los 349 mdd que ingresaron al Estado en el tercer trimestre de 2012 y los 286 mdd en el mismo lapso de 2015, revela la Secretaría de Economía.
En paralelo, la dependencia de recursos y asignaciones federales volvió a cifras de dos dígitos con Sansores, pues los ingresos propios del Estado pasaron de representar el 9.24% del total del proyecto de egresos en el último año de Aysa González, al 9.62% en 2021 y a 10.42% en 2022.
Y no sólo se trata de que hayan crecido los montos de participaciones y aportaciones federales al Estado, sino que los ingresos propios (impuestos, derechos, productos y aprovechamientos) no les son suficientes para costear el incremento de la masa laboral.
Engordó gabinete y subió 34% salarios
La “burocracia dorada”, tan criticada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, creció en Campeche con Layda Sansores San Román. Rafael Alejandro Moreno Cárdenas dejó 162 mandos medios y superiores a Carlos Miguel Aysa González, que la elevó a 186. La morenista la aumentó a 223.
Eso significa erogaciones que rebasan los 133.5 millones de pesos anuales, mientras que con su antecesor 88.1 mdp y con Moreno 75.5 mdp. Y es que incrementó las remuneraciones, de poco más de 51 mil pesos mensuales a 76 mil en el caso de secretarios y de 34 mil a 47 mil 300 en subsecretarios, todos acompañados de directores generales.
Además de la nula austeridad, Sansores San Román excluyó a los talentos campechanos, pues en el gabinete y altos mandos incorporó a capitalinos, jaliscienses, yucatecos, poblanos, guanajuatenses y chiapanecos.
Estas cifras no serán dadas a conocer ni en el Informe ni en los anexos. No se puede presumir que la economía campechana ocupe el último sitio nacional, que las inversiones no fluyen por desconfianza y corrupción, que la burocracia se incrementó y que los ingresos propios del Estado no satisfacen siquiera a la masa laboral del Gobierno.
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