Nos informan nuestros contactos que hay alarma, pánico y desesperación entre los candidatos de Morena, que a partir del próximo 14 de abril saldrán a la calle a pedir el voto para las alcaldías, las diputaciones locales y las juntas municipales, pues el sentir popular es de abierto rechazo a todo lo que huela a ese partido y a su gobernadora.
No ha ‘pegado’ en el ánimo popular la cantaleta de Layda Sansores, sus asesores y los medios de comunicación a su servicio, en el sentido de que detrás de la protesta de los policías están los partidos y los políticos opositores a la Administración Estatal, pues muchos, muchísimos de los ciudadanos que votaron por ella, son familiares directos o indirectos, amigos o vecinos de los gendarmes, saben el fondo del asunto, y están conscientes de la traición hacia ellos.
En las marchas, en las manifestaciones de respaldo al movimiento policiaco, en las publicaciones y comentarios en las redes sociales, en las conversaciones en las plazas, los cafés y las cantinas, la coincidencia generalizada es que este conflicto vino a detonar la inconformidad latente y pasiva de la ciudadanía, en contra de un Gobierno que ha resultado decepcionante, frustrante porque no ha cumplido ninguno de sus compromisos, pero también prepotente, porque no escucha ni atiende el clamor popular.
Esta decepción y esta frustración ciudadanas han devenido irremediablemente en el hartazgo popular, y han conducido a la determinación, al parecer indeclinable, de que habrá voto masivo de castigo el próximo 2 de junio. No sólo contra los candidatos de Layda, en especial de Jamile Moguel por la Alcaldía de Campeche, sino en general en contra de todos los que salgan a la calle con la bandera de Morena.
Todo el esfuerzo, toda la lucha, todos los sacrificios que tuvieron que hacer los fundadores de Morena en el país, y en Campeche en particular, han sido echados al caño de las porquerías, debido a la intransigencia que ha mostrado la Sansores San Román para remediar sus errores a tiempo.
El de Layda Sansores, lo mismo que el de López Obrador, se convirtieron en gobiernos autoritarios y soberbios que nunca aceptaron la crítica, que nunca reconocieron sus fallas, y que por lo tanto, jamás van a corregir los yerros en que hayan incurrido.
En conclusión, Layda Sansores y López Obrador han demostrado que los Gobiernos de Morena no escuchan al pueblo, y en consecuencia, no atienden sus peticiones, por lo que al ciudadano no le están dejando más opción que votar en contra de todo lo que significa Morena, pues sus Gobiernos son negligentes y, pese a las evidencias en contra, no saben enmendar el rumbo.
¿Con qué cara llegarán —en este contexto— los candidatos de Morena a decirle a los votantes que harán gobiernos incluyentes? ¿Qué serán receptivos con las demandas ciudadanas? ¿Qué el pueblo manda? ¿Qué el pueblo pone y el pueblo quita? ¿Qué con el pueblo todo y sin el pueblo nada?
Las evidencias que el pueblo tiene a la mano del Gobierno de Layda, han mostrado que ni son incluyentes ni son receptivos. Por el contrario, son sectarios, cerrados, soberbios y prepotentes, y además desdeñan, discriminan y desplazan a los valores campechanos, para traer gente de fuera a mal hacer lo que un campechano capaz puede hacer con mejores resultados.
El chilango Erick Alejandro Reyes León sólo ha dejado escuchar su voz en este conflicto en apoyo a Layda Sansores, aunque los pronunciamientos morenistas al respecto han venido sin su firma. Hay varias razones, una de ellas es que odia a Marcela, pues corrió a su esposa de un cargo directivo en la corporación, y porque los policías fuereños, al servicio de la guanajuatense, detuvieron, exhibieron y humillaron a uno de los hijos del “líder” morenista cuando manejaba en estado de ebriedad.
Pero ¿con qué desfachatez podría salir Reyes León a respaldar la lucha de los campechanos para que se vayan los foráneos, cuando él mismo es un ejemplo de la invasión de ineptos de otras latitudes, que sólo llegaron para saquear el presupuesto que pusieron en sus manos?
Así las cosas, tendrán que pagar los platos rotos los candidatos morenistas, ante este desbarajuste propiciado por Layda. Los dejaron sin argumentos para convencer a la gente de que voten por ellos. ¿O es que se comprometerán a aprobar la revocación de mandato? ¿Exigirán el cese de Marcela? ¿Pedirán que se vayan los foráneos?
Claro que no. Y si lo dicen, no les crea, estarán mintiendo igual que todos los morenistas, para quienes ya es normal mentir, robar y traicionar.
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