Tribuna Campeche

Diario Independiente

LAYDA CONTRA LA REFORMA

En Campeche ya estamos padeciendo las consecuencias de no tener una real división de poderes, de que las decisiones del Poder Judicial obedezcan a las consignas y rencores de la gobernadora Sansores…

Pudiera pensarse que el senador mocista campechano Francisco Daniel Barreda Pavón pasará a la historia como el que le puso un dique a la reforma al Poder Judicial que impulsan el presidente Andrés Manuel López Obrador, junto con su partido Morena y sus aliados, pero no. Detrás de esa decisión que frenó parcialmente ese atentado contra la democracia, está la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román.

El senador Barrera Pavón, que ha vivido quizá sus cinco minutos de gloria y de proyección nacional, al dejar pasar varias horas antes de despejar la duda sobre cuál sería su postura, generando con ello una gran incertidumbre nacional, lo dijo muy claro cuando fijó su postura en contra.

En Campeche, dijo el también dirigente estatal de MOCI, ya estamos padeciendo las consecuencias de no tener una real división de poderes. Ya sufrimos el castigo de que las decisiones del Poder Judicial obedezcan a las consignas, rencores, afanes de venganza y traumas personales de la gobernadora Layda Elena Sansores. Y no, no es posible que este daño se generalice en todo el país.

Recordó Barreda Pavón la persecución política que ha sufrido Eliseo Fernández y la descarada manipulación en las decisiones de los jueces y magistrados campechanos que le impidieron llegar al Senado de la República, como sí lo pudieron hacer otros que tienen órdenes de aprehensión, pero que hoy gozan de fuero, como  los morenistas Napoleón Gómez Urrutia y Javier Corral, o el panista Ricardo Anaya. Entre otros.

Ahora mismo, la rencorosa gobernadora ha enfocado su mirada vengativa, con  la complicidad del Poder Judicial, contra Biby Rabelo de la Torre, Paul Alfredo Arce Ontiveros y José Luis Flores Pacheco, en tanto otros actores políticos campechanos “hacen méritos” para que también sean perseguidos.

Son los abusos entonces, de Layda Elena, los que frenaron temporalmente esa asonada contra del Poder Judicial, y es claro que de ese dato han tomado nota sus superiores jerárquicos, empezando por el presidente López Obrador y pasando también por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.

En este contexto, Layda Sansores San Román sigue fungiendo como un factor de discordia, como un lastre que le está pasando facturas muy caras a su partido y al régimen político al que pertenece, por lo que es de esperarse que esa conducta traiga consecuencias.

Porque si los médicos ya saben dónde está el origen de tantos males, lo más recomendable es extirpar de tajo ese tumor. Que así sea.

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