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Antixenofóbicos

Ninguna estrategia discursiva va a cambiar nuestra percepción de que el Gobierno de la Tía Rata ha preferido a los foráneos por sobre los nativos, y que aquellos, los arribistas, no han dado resultados…

Ha iniciado el Gobierno de la Tía Rata una campaña intensiva para desacreditar el rechazo de los nativos a la llegada de foráneos a ocupar cargos públicos de primer nivel. En la nueva narrativa que se pretende implementar, la crítica a los funcionarios que vienen de fuera forma parte de un “discurso de odio”, y obedece a “discursos racistas” e incluso de tendencia nazi.

—“Sólo tratan de justificar la reforma a la Constitución para eliminar el requisito de residencia para que personas de fuera puedan ocupar plazas de magistrados, jueces o de fiscal general del Estado, la cual dio pie por cierto, que el “junior” de la Momia Guanajuatense haya sido designado como vicefiscal”, comentó el poeta Casimiro, al expresar también su rechazo a esa narrativa gubernamental.

—“Si la xenofobia es el rechazo o el odio hacia los extranjeros o foráneos, y el chauvinismo enaltece el valor de lo nacional o local sobre los de fuera, creo que los que habitamos esta tierra simplemente somos localistas, sin odios de ningún tipo contra nadie, pero sí con la predilección o preferencia hacia un coterráneo para ocupar un cargo público, por encima de cualquiera que venga de otro lado. Esa es una actitud válida, y hasta valiosa que debe preservarse”, opinó don Julián.

—“En un mundo globalizado —intervino otra vez el poeta Casimiro— no podemos impedir la llegada de gente de cualquier parte del planeta a esta o a cualquier otra tierra. Es parte de la convivencia cotidiana, y debemos reconocer que hay personas de otras partes de la nación que han venido a aportarnos mucho, a enseñarnos e incluso a generar riqueza. Esos son bienvenidos, porque complementan lo que ya tenemos aquí. Los otros, los que sólo vienen a saquear el presupuesto y a desplazar a nuestra gente, son los que deben irse”, subrayó.

Doña Chela coincidió plenamente con sus contertulios. “Una cosa es que estemos abiertos a que vengan foráneos a ocupar cargos públicos, y otra que por culpa de ellos nuestros coterráneos sean desplazados injustamente. ¿A poco no hay capacidad de los nuestros para ser tesorero, secretario de planeación, jefe de la policía o de desarrollo económico? Claro que los hay, pero si no fueron llamados es porque no forman parte de esa horda de maleantes, truhanes y rateros”, exclamó.

—“Lo cierto —concluyó don Julián— es que ningún discurso, ninguna estrategia discursiva, va a cambiar nuestra percepción de que el Gobierno de a Tía Rata ha preferido a los foráneos por sobre los nativos, y que aquellos, los arribistas, no han dado resultados, y sólo se han dedicado a medrar con el presupuesto. Esa es una verdad irrebatible”, puntualizó.

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