Tribuna Campeche

Diario Independiente

Batalla de frivolidades

En lugar de pelearse por ver quien lleva más gente a sus conciertos, la alcaldesa y la gobernanta deberían competir por demostrar quién hace más y mejores  obras en beneficio de la ciudadanía…

Ya pasaron las fiestas del Carnaval, ya estamos en el recogimiento, el ayuno y la  meditación propios de la Cuaresma, pero a nivel nacional continúan las repercusiones de los ridículos en que frecuentemente incurre la Tía Rata por culpa de los malos asesores de imagen que tiene, señaló el poeta Casimiro a sus amigos de tertulia.

—“Vaya que pegó fuerte su parodia de la emperatriz María Antonieta  y sus cortesanas. Le han pegado hasta debajo la lengua y la coincidencia generalizada es que esa señora no está bien de la cabeza”, respondió don Memín, al tiempo que volteaba a todos lados para verificar que no estuvieran cerca los espías y orejas de la gobernanta, para irle con el chisme de quiénes hablan mal de ella.

—Yo creo que así como doña Ruca denuncia a sus críticos por “violencia política en razón de género”, debería presentar una querella bajo esa figura en contra de sus asesores de imagen, aconsejó doña Chela. ¡Vaya que la han metido en cada predicamento! La han convertido en motivo de escarnio, burla, mofa y pitorreo porque son ellos mismos los que difunden esas imágenes que la han venido a perjudicar de una manera escandalosa”, aseveró.

Don Julián confesó que se ha reído hasta el cansancio viendo y escuchando los comentarios que los conductores de varios programas hicieron de la Tía Rata y sus vestimentas estrafalarias. “Y vaya que tienen razón. Nuestra mandataria está extraviada en sus disfraces, mientras el Estado sigue de mal en peor en todos los aspectos”, apuntó.

—Y es que la batalla de frivolidades también está en su apogeo, complementó el poeta Casimiro. Ahora resulta que las páginas digitales al servicio de la Ruca Gacha se dedicaron a manipular las fotos de los eventos del Carnaval que organizó la alcaldesa Bibiana, para decir que la gente la despreciaba, que había mala organización y todo tipo de barbaridades para dejarla mal. En cambio, difundían loas y alabanzas a los eventos que organizó el equipo de la senecta mandataria, como si a la gente la pudieran engañar con esas bobadas”.

—Deberían competir en ver quién hace más obras, no en ver quién lleva más gente a sus eventos de Carnaval o a sus conciertos, agregó con seriedad don Memín. El pueblo está viendo que hay mucho circo y poco pan, porque los ingresos no alcanzan, todo está cada vez más caro y no hay autoridades interesadas en atraer empresas que paguen. Ahora sí que como decían los champotoneros, “estamos jodidos pero contentos”, subrayó.

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