AUSENTE EN LA CONTINGENCIA.
Mientras los campechanos se informaban de las precauciones a tomar por la proximidad del huracán Milton, confirmada el lunes a temprana hora por el Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales, la goberladrona Sansores paseaba otra vez en la capital del país. ¿Creerá la anciana cínica y sinvergüenza mandataria que con fotos de una video conferencia justifica sus recurrentes ausencias?
No se entiende la razón por la que se aferró a la gubernatura, si se la iba a pasar viajando a la Ciudad de México a ver a su familia. ¿Por qué mejor no renuncia y se larga a verlos permanentemente? Su irresponsabilidad contrasta con la conducta de sus homólogos de Quintana Roo y Yucatán, Mara Lezama y Huacho Díaz Mena, quienes sí presidieron las sesiones de sus consejos estatales de Protección Civil y estuvieron en los poblados que resentirían los efectos del huracán.
A diferencia de Huacho y Mara, que personalmente dirigieron a sus gobernados los mensajes de alerta, la goberladrona Sansores se limitó a compartir algunos posts en redes sociales. Le valió madre la seguridad de los campechanos y se fue a pasear. ¿Cómo justificará la tardía evacuación de los pobladores de Isla Arena? A lo mejor su hubiera estado en la sesión del Consejo Estatal de Protección Civil lo hubiera hecho a tiempo. No tiene vergüenza.
LA MOMIA TAMBIÉN SE FUE.
En medio de la emergencia por el huracán Milton, que pasó de categoría 3 a 5 en un par de horas, la nefasta e ineficiente secretaria de Protección y Seguridad Ciudadana, Marcela Muñoz Martínez, viajaba a la Ciudad de México esa mañana acompañada de su íntimo subalterno —el golpeador de Mujeres Valientes—, Víctor Hugo Sánchez Ortiz, y dos elementos más, vestidos de civiles.
La irresponsable jefa policiaca —que ha logrado incrementar exponencialmente la delincuencia— abordó el vuelo 2441 de Aeroméxico a las 07:09 am y llegó a la urbe a las 09:05 horas, donde era esperada por un par de lujosas suburbans con choferes que la transportaron a la residencia de la mandataria Sansores, junto con sus fornidos guaruras. Dejó al garete la coordinación policial en pleno azote del huracán Milton.
Y mientras los Municipios sufrían los embates del meteoro, la sinvergüenza goberladrona y la bandida secretaria de Inseguridad Pública disfrutaban cómodas y alegres de una gran comilona en un lujoso y exclusivo restaurante de la CDMX. Está de más decir que todos los gastos de ese bacanal corrieron a cuenta de los campechanos. Así se las gasta el par de corruptas funcionarias.
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