Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | EL PRI CAMPECHANO A SUS CASI 100 AÑOS

A pocos sorprendió que el otrora partidazo, el Revolucionario Institucional, haya festejado casi entre pompas fúnebres, su 96 aniversario en Campeche. Ni una ofrenda floral, alguna ceremonia alusiva, o por lo menos un mensaje a su escasa militancia, por parte de la improvisada dirigencia que encabezan Ariana Rejón Lara y Jorge Esquivel Ruiz.

Tal vez porque este año cayó en Martes de Pintadera, porque ya ni los veladores acuden al edificio estatal o simplemente porque les pasó de noche, lo único cierto es que ese casi centenario partido mostró una vez que del poderío que ostentó, ya realmente le queda casi nada.

Y se entienden sus razones. Una, porque están en la incertidumbre de saber si su líder nacional y dueño absoluto del partido, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, logrará sortear las amenazas de desafuero y de encarcelamiento que tiene encima.

Si esto ocurriera, que lo metan al bote, seguros estamos que quienes actualmente ocupan cargos de dirigencia o de representación popular —con una o dos honrosas excepciones—, saldrían huyendo con un amparo en el sobaco, para tratar de impedir que corran con la misma suerte.

Por lo pronto hay que decir que la radiografía que se tiene del PRI campechano nos presenta, literalmente, a un cadáver viviente. Con una lideresa estatal, como Ariana Rejón Lara, que llegó al cargo por palancas y quien ya ni se presenta a sus oficinas, pero eso sí, acapara las mejores camionetas, y un secretario general, Jorge Esquivel Ruiz, peleado hasta con su sombra, pero que anhela suplir a la diputada federal Rejón Lara, para ver si eso le da acceso al botín.

Es Jorge Esquivel el que está detrás de todos los conflictos internos del partido. El que ha propiciado que día a día más militantes entreguen sus cartas de renuncia, y el que también ha dispuesto el uso de las camionetas para sus asuntos personales.

Aún no se sabe quién suplirá a Rejón Lara, pero en el partido todos saben que son inminentes los cambios. Se hablaba que el nuevo dirigente sería Cristian Michel Castro Bello, pero hasta ahora no hay nada confirmado. Le han visto más contras que pros, por lo que se afirma que si él no se queda con la dirigencia, tendrá voz y voto para decir quién sí va.

Hay otro grupo interesado en controlar el PRI por si Alito sufre el destierro, que muchos le pronostican. Uno de los que se están moviendo es Pablo Angulo Briceño y su gente, entre ellos el diputado federal Emilio Lara Calderón y algunos regidores.

Otras dos figuras importantes son Ricardo Medina Farfán, regidor, y la senadora Karla Toledo Zamora. Cualquiera puede ser el nuevo dirigente, y si bien Medina ya estuvo en esa posición, los estatutos ya cambiaron, y si el dueño del PRI así lo dispone (se llama Alito, por cierto), lo pueden regresar a esa posición.

No obstante, algunas voces razonables consideran que quien se quedaría a administrar los restos del PRI es la senadora Karla Toledo. Si la piensan postular a la gubernatura, tienen que empezar a placearla. Sin embargo, nos aseguran que es ella la que no se ha decidido.

Los legisladores federales priístas han dado algunos chispazos para mantener presencia en las redes y entre la decadente militancia. Por ejemplo, donaron 500 sillas plegables y una motoneta a la parroquia de Calkiní para sus feligreses, y hacen recorridos frecuentes por las zonas que controlan.

El PRI sigue en fase terminal en Campeche. No sube en las encuestas, no marcan ni se suben a los temas de la agenda pública, no encabezan movimientos sociales y en su reciente colusión con Morena para avalar la despenalización del aborto, se enemistaron con muchas de sus bases que tienen fuertes sentimientos religiosos.

Por cierto, hasta su nivel de debate en el Congreso ha bajado de tono, como si hubieran acordado no tocar con el pétalo de un reclamo a esta pésima y nefasta Administración estatal que no solamente marcha de mal en peor, sino que sigue afilando estrategias represoras para acallar a como dé lugar a todos sus críticos. Y la oposición, silenciosa y cómplice.

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