Petróleos Mexicanos (Pemex) sigue sin dar respuesta a cientos de plataformeros que esperan equipo de seguridad para iniciar labores costa afuera, ante lo cual permanecen en las inmediaciones del edificio administrativo de la 33, porque laborar en la Sonda de Campeche significaría exponer sus vidas.
Denunció lo anterior el dirigente del Consejo de Vigilancia y Fiscalización de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTYPP), Pablo López Figueroa, quien consideró errónea la política de austeridad impuesta por la Dirección General de la empresa, porque pone en riesgo la seguridad de los trabajadores y de las instalaciones estratégicas.
El también secretario de Conflictos de la organización, subrayó que por esta situación peligran también las instalaciones costa afuera y la producción de crudo.
No es posible —continuó—, que por ahorrarse algunos pesos sean puestas en riesgo instalaciones estratégicas. Definitivamente, en materia laboral y de seguridad industrial, la cuarta transformación le está quedando a deber mucho a la industria petrolera.
Y de paso, el desatino de no proporcionar botas, overol y cascos de calidad a los trabajadores, propicia que Pemex pague millones de pesos al día en viáticos (hospedaje y comida) a obreros y técnicos retenidos, por no cumplir las exigencias en materia de seguridad.
La deficiencia en los equipos de protección personal se registra desde hace meses, y en el caso de las botas, se despedazaban a los pocos días de uso.
“Muchas personas en redes sociales comentan que ganamos lo suficiente como para poder comprar el equipo de seguridad que necesitamos, sin embargo, no saben que en caso de accidente, si no contamos con el uso de insumos proporcionados por la empresa, podemos ser sancionados”.
Dentro del Contrato Colectivo de Trabajo y en la Ley Federal del Trabajo —explicó López Figueroa—, se expone que los equipos de protección personal son responsabilidad del patrón, en este caso Pemex, pero desde hace muchos meses dejó de entregarlos.
Pero no es sólo la falta de botas de calidad, sino también hacen falta guantes, por lo cual muchas veces deben pedirlos prestados a los compañeros de compañías para cumplir con el trabajo, reveló.
“Para nadie es secreto que se vive la peor época de la seguridad en Pemex, cuyos planes de austeridad ponen en peligro la integridad del trabajador y las instalaciones, mientras los directivos de la 4T gastan millonarios recursos de comidas durante sus reuniones ejecutivas”.
“Para ellos, disminuir la calidad de los insumos de seguridad es cuestión de dinero, pero más allá de eso, tiene que ver con el riesgo en que se coloca a obreros e instalaciones”, alertó.
A los trabajadores no les queda de otra que acudir a diario a las oficinas de Pemex de la calle 33, donde presionan para que les cambien las botas y entreguen otros equipos de protección, hasta que se digne Octavio Romero Oropeza a lanzar compras de estos productos, finalizó López Figueroa.
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