Tribuna Campeche

Diario Independiente

Ganadería peligra por la tuberculosis

No hay informes oficiales sobre los cuatro ranchos en cuarentena

ESCARCEGA.— A 18 años de que la ganadería del Estado perdió el estatus sanitario, al detectar Estados Unidos cuatro casos de tuberculosis bovina (TB), de nuevo la exportación de bovinos permanece en serio riesgo de cancelación, tras confirmarse que están en cuarentena cuatro ranchos, entre ellos uno del Municipio de Campeche.


En 2005 el problema se originó con los introductores de becerros, que controlaban el mercado en la entidad. El ganado por lo regular se adquiría en Centroamérica, principalmente Belice y Guatemala, por su acceso fácil y sin complicaciones, pues no existía rastreabilidad y mucho menos eran exigidas pruebas sanitarias de los animales.


Los acopiadores, en ese entonces, venían del norte del país, de Estados como Durango, Nuevo León, Guanajuato y Chiapas. Los animales los trasladaban a diversos puntos del país, para ser finalizados en engorda, y de ahí se exportaba a Estados Unidos, con la referencia de qué Estado provenía el hato.
De esa manera, al realizarse las pruebas en Estados Unidos, se determinó que cuatro becerros se encontraban infectados de tuberculosis bovina.


Desafortunadamente, la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y el propio Gobierno del Estado, dejaron pasar el problema, sin poner en marcha acciones inmediatas para controlar y demostrar que el hato campechano se encontraba libre de la enfermedad.


Fue hasta 2009, cuando la entonces Secretaria de Desarrollo Rural decidió unir esfuerzos con la Unión Ganadera Regional para iniciar el control de animales, desde su entrada y permanencia del hato en la entidad. Crearon el área de Sanidad Animal, que les permitiría tener control, rastreabilidad y someterían a diversas pruebas al ganado que ingresara al Estado.


El control se centró en los centros de acopio, corrales y zonas ganaderas de importancia en la entidad. Se integró a ese programa al Municipio de Palizada, que mantenía alta prevalencia de la enfermedad, y de esa manera el barrido sería integral.


Tras cumplirse con las exigencias de la USDA, Departamento de Agricultura de Estados Unidos, y la Comisión Binacional Estados Unidos-México, fue en noviembre de 2011 cuando se recuperó el estatus sanitario, lo que obligó tanto al Gobierno como a los ganaderos en general a reforzar sus acciones y mantener campañas permanentes para garantizar estar libres de enfermedades.


De hecho, eso marcó el inicio de una serie de restricciones en la movilización de animales, y fueron constantes las campañas preventivas.


Ahora, con el Comité de Fomento Pecuario del Estado, se suponía mayor control sanitario, pero este año quedaron al descubierto deficiencias, pues la presencia de la tuberculosis bovina en ranchos, reflejó incapacidad y desconocimiento de los trabajos que se efectuaban.


Y si antes era complicado determinar la procedencia de los animales que entraban al Estado, ahora, con el control que debe existir, es fácil identificar a los responsables. Por eso se habla de que los nuevos casos son de animales adquiridos dentro del programa de vaquillas que, se presume, fueron comprados en Guatemala y Belice, pero eso no ha sido confirmado ni negado por las autoridades estatales y menos reconocido por los ganaderos.


De acuerdo a médicos veterinarios, es complicada la erradicación de la enfermedad. Lo importante es trabajar para combatirla y evitar mayores daños. Es en los ranchos dedicados a la producción de leche donde existe riesgo, pues eso facilita la presencia del mal. El detectarse algunos casos, implica mayor trabajo, el barrido correspondiente y las pruebas constantes para demostrar que están libres de la TB.

Campeche dejó de exportar

De acuerdo con cifras oficiales, Campeche no ha exportado ningún animal a Estados Unidos en lo que va del año. El informe de exportación de ganado bovino del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), señala que del total de los animales exportados al año, un millón 13 mil 715 son becerros en pie y 299 mil 416 vaquillas.
Hasta 2019 el ganado que se exportó provino de 20 entidades de la República Mexicana, que cumplieron con el estatus sanitario de tuberculosis bovina requerido por las autoridades sanitarias de Estados Unidos: Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
Ganaderos de Campeche ha hecho intentos por ingresar al mercado norteamericano, pero las mayores exportaciones provienen de Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Tamaulipas y Sonora.
En 2012, luego de cumplir con el Protocolo de Certificación Zoosanitaria para la Recuperación de la Exportación de Ganado Bovino, el cual fue validado por la Dirección General de Salud Animal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, ganaderos de Campeche reiniciaron el proceso de exportación de ganado bovino hacia los Estados Unidos. Sin embargo sólo lo hicieron en pequeñas cantidades: 54 becerros en ese año.
Datos de la Unión Ganadera Regional precisan que al año se exportan de mil a dos mil animales a Estados Unidos, y que la comercialización a nivel nacional es de unas 200 mil reses.

¿Qué es la tuberculosis bovina?

La tuberculosis bovina (TB) es una enfermedad infecto-contagiosa de curso crónico y progresivo que afecta al ganado bovino. Es provocada por una bacteria llamada Mycobacterium Bovis (M. Bovis), y guarda estrecha relación con las bacterias causantes de las tuberculosis humana y aviar.
El nombre de ‘tuberculosis’ proviene de los nódulos, llamados “tubérculos”, que se forman en los ganglios linfáticos y en los otros tejidos de los animales afectados.


El ganado es considerado como el principal reservorio de M. Bovis y constituye la primera fuente de infección para los seres humanos. No obstante, la enfermedad se ha notificado en muchos otros animales domesticados y no domesticados.


Puede afectar a prácticamente a todos los mamíferos, incluido el humano (enfermedad zoonótica), en los que provoca un deterioro del estado general de salud, muy a menudo tos y, a la larga, la muerte.
La transmisión de la enfermedad se origina por el contacto con animales domésticos o salvajes infectados, a través de la vía respiratoria, por la inhalación de aerosoles infectados que un animal enfermo ha expulsado al toser o al respirar.


Otra vía de infección es la digestiva. Los becerros lactantes y el hombre se contagian al ingerir leche cruda procedente de vacas enfermas, o bien por el consumo de lácteos contaminados y no pasteurizados.
Los animales ingieren saliva u otras secreciones de infectados (comederos o bebederos) y un enfermo puede transmitir la enfermedad a muchos otros, antes de manifestar los primeros signos clínicos.

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