Tribuna Campeche

Diario Independiente

Predicar en el desierto

La única responsable del auge de la delincuencia en Campeche es la gobernadora Sansores. Sus decisiones en materia de seguridad, y su inaudita terquedad de mantener en su cargo a la inepta Marcela Muñoz Martínez, han dejado saldos negativos…

Varios obispos mexicanos, y se espera que también lo haga próximamente la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), han solicitado a los grupos delincuenciales que operan en el país dos días de tregua nacional.

Monseñor Francisco Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, planteó: “Yo quisiera pedir a todos los habitantes de este gran país que el día 12 de diciembre, día de Nuestra Señora de Guadalupe, haya una tregua de paz en todo el país, ni una víctima porque es el día de nuestra madre y también el día 25 que sean días de tregua, de paz, que la mejor noticia ese día sea que en México no haya muertos por violencia”.

En Campeche, el obispo José Francisco González González expresó su preocupación por el aumento de la v¡olencia en el Estado, y subrayó que aunque seguimos siendo una entidad relativamente tranquila, la aparición de ejecuc¡ones y el clima de temor están afectando la vida de los campechanos, por lo que destacó la urgencia de trabajar en conjunto “para evitar que el Estado siga el mismo camino de inseguridad que afecta a otras regiones del país”.

Es interesante la postura de ambos líderes religiosos, no sólo porque están conscientes de la gravedad del problema que enfrentamos, sino porque, como ocurre en los países que están en guerra, plantean la posibilidad de por lo menos respetar los días santos, para regalarle a la sociedad dos días de paz y tranquilidad.

Sin embargo, hay suficientes elementos para afirmar que ambos predican en el desierto. Los destinatarios de sus exhortos —sobre todo los de la delincuencia organizada— difícilmente van a acatar la sugerencia, pues a lo mejor la inercia de sus enfrentamientos no les permita una logística que facilite un alto al fuego en esos días santos.

El caso del obispo de Campeche suena incluso más quimérico. Es más fácil que los cárteles de la droga que operan en el país, acaten el llamado de monseñor Francisco Javier Acero, a que en Campeche, la gobernadora Layda Sansores por lo menos, escuche la sugerencia de don José Francisco González.

Y es que la única responsable del auge de la delincuencia en Campeche es la gobernadora Sansores. Sus erráticas decisiones en materia de seguridad, su caprichosa e inaudita terquedad de mantener en su cargo a la inepta Marcela Muñoz Martínez, y a lo mejor, sus compromisos con esos generadores de violencia, han provocado eso que atinadamente señala el obispo campechano: que la sociedad viva cada vez con mayor temor.

Lo más seguro es que la anciana mandataria caiga otra vez en su costumbre de desacreditar a quien le lleva la contraria, y que se burle de los dichos del obispo, reiterando que “le duela a quien le duela, y aunque les dé urticaria”, Campeche sigue siendo uno de los Estados más seguros del país.

Dicen que ‘chango viejo no aprende maroma nueva”, y en el caso de la senecta gobernants, parece que sus erróneas decisiones que tanto daño le hacen a Campeche, las mantendrá hasta el último día de su pésima Administración.

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