José Rubinstein (*)
¿Alguna duda respecto a que la educación es el motor que impulsa el nivel de desarrollo de personas y sociedades? Causa intranquilidad y preocupación el retroceso de los estudiantes mexicanos en el reconocido Programa de Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE —PISA— de 2022, que mide la capacidad de alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas —menos 14 puntos— y ciencias —menos 9 puntos—, al haber quedado colocados en los cinco últimos lugares de entre 42 países evaluados. Esta es una apremiante llamada de atención a las autoridades responsables —léase SEP— para corregir urgentemente el rumbo hacia donde se dirige el México de mañana. La SEP justifica los malos resultados exponiendo que México cayó en su calificación menos que otros países participantes de la OCDE.
Al respecto AMLO se pronunció: “No tomamos en cuenta esos parámetros que se crearon en la época del neoliberalismo. Nunca en la historia de México se había ofendido tanto a los maestros como en el pasado neoliberal, a nuestros maestros, nunca”. O sea, ahora la relación del Gobierno con el magisterio es impecable, entonces ¿por qué maestros de la CNTE le impidieron la pasada semana a López Obrador llegar a inaugurar el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón en Tlapa, bloqueando el acceso?
O ¿por qué en días pasados maestros de la CNTE dieron “portazo” en la sede principal de la SEP para exigir diálogo con la secretaria del ramo? Creo que, tras cinco años del Gobierno transformador, es momento de asumir responsabilidades, es absurdo seguirle echando la culpa de todos los inconvenientes del país a regímenes del pasado. Mensaje reiterativo: Todo lo hecho durante el periodo neoliberal —36 años— está mal hecho, qué mal gobernaron los neoliberales y qué bien gobiernan los de Morena.
Responsabilizar a la pandemia de la regresión educativa, rechazando en automático la principal fuente de información confiable del país sobre niveles de aprendizaje, suena a pretexto, otros países también la padecieron y obtuvieron mejores resultados. El proyecto educativo del sexenio llamado Nueva Escuela Mexicana tiene como confuso y abstracto objetivo “el formar personas capaces de conducirse como ciudadanos autónomos, con sentido humano y crítico para construir su propio futuro de sociedad”, ¿usted le entiende?
La educación no tiene por objetivo identificarse con determinada doctrina partidista, ni es conservadora ni es liberal. Reaccionemos a la luz ámbar que nos marcan los resultados de la prueba PISA, que la SEP se ponga las pilas ¡YA!, urge implementar un consensuado plan de rescate educativo.
(*) Analista.
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