Después de 87 días de manifestación, los policías de Campeche siguen firmes en su lucha contra un gobierno que les ha retenido sus sueldos, afectando principalmente a las mujeres. Hacen un llamado a sus compañeros para que reflexionen y continúen apoyando la causa. Expresan su solidaridad con los siete compañeros despedidos, especialmente con José Grajales, quien ha sido acusado injustamente de motín y sabotaje.
Denuncian los abusos y la violencia económica infligidos por la gobernadora Layda Sansores, y exigen justicia y humanidad de las instituciones como la Fiscalía Anticorrupción y la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Las mujeres policías, en particular, han sido humilladas, denigradas y agredidas sexualmente durante operativos. A pesar de todo, los manifestantes mantienen su determinación en la búsqueda de justicia y el respeto a sus derechos humanos y laborales.
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