Alejandra Dzib Heredia, coordinadora de los Centros Comunitarios de Salud Mental, informó que el alcohol y la marihuana son las principales razones de consulta en estas instalaciones. La preocupación se extiende al entorno familiar, donde las relaciones dentro del grupo primario de apoyo, cruciales para enfrentar la depresión, están deterioradas. En respuesta, se ha intensificado la atención a la salud mental y el tratamiento de adicciones en niños y adolescentes.
Dzib Heredia señaló que los problemas familiares y los episodios depresivos son las principales preocupaciones. Esto revela un patrón cultural donde el consumo de alcohol, socialmente aceptado, juega un papel central. Lamentó que el alcohol sea tradicionalmente ofrecido dentro del núcleo familiar, normalizando su uso y abriendo paso al consumo de otras sustancias, subrayando la necesidad de reformular el enfoque social hacia las adicciones y promover un entorno familiar más saludable.
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