Las dos obras insignia de Andrés Manuel López Obrador en el sureste del país han resultado un fiasco. La refinería de Dos Bocas, Tabasco, y el Tren Maya han costado más del doble de lo originalmente presupuestado, y en el primer caso no ha podido procesar ni un barril de crudo, y en el segundo, desde que fue inaugurado ha reflejado problemas operativos cada 30 horas.
Informes oficiales revelaron que un contenedor con diesel procedente de Tamaulipas fue enviado para su procesamiento, y por falla en el proceso de refinación, se hubieron de tirar miles de litros de ese combustible.
Es práctica común en el Gobierno de López Obrador inaugurar obras inconclusas, y en la mayoría de ellas, con serias deficiencias. En el caso de la región, la más importante obra ferroviaria del país, acusa severos cuestionamientos sobre la calidad del servicio.
La situación tiende a empeorar. En los primeros dos meses de operaciones, el Tren Maya reportó una falla cada tres días, y conforme a lo revelado por el Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca Maya-Méxica, del 19 de febrero al 25 de marzo de 2024, se ha presentado una irregularidad cada 30 horas. De seguir en esa perspectiva, llegará el momento en que dejará de dar servicio.
Por octava ocasión Dos Bocas aplazó su arranque operativo para junio. El costo ya asciende, según el director de la empresa, a 17 mil millones de dólares. De cumplirse la nueva fecha, serían casi dos años después de la última originalmente prometida, que era en el 2022, nos recuerda el periódico El Economista.
Pero de nueva cuenta especialistas en el tema nos devuelven a la realidad, al afirmar que a la refinería le faltan adecuaciones que tardarán en concretarse hasta 2025, por lo que los primeros barriles de combustible se producirían en 2026.
Por eso se señala que el de López Obrador ha sido un Gobierno magro, negligente, falso y mentiroso. Sus obras fueron concretadas sin proyectos integrales, sin análisis, ni estudios adecuados para recuperar la inversión. Han partido de ocurrencias. Por ejemplo, el periódico Reforma nos trae el lunes pasado una portada interesante:
En las Islas Marías el Gobierno Federal gastó en adecuaciones y mejorías 282.2 millones de pesos y el promedio de visitantes es de 17 por día, y se estrena la paraestatal Birmex con adjudicaciones directas por 13 mil millones de pesos. O sea, no se licitaron los contratos. Birmex, es la encargada de las compras de medicinas del Gobierno Federal, y controla los hospitales de 23 Estados, que sus gobernadores entregaron.
En lo que atañe a Campeche, no sólo se resiente la ineficacia del Tren Maya, y su falta de cumplimiento de pago a quienes les invadieron sus predios, sino hay que añadir también el inacabado acueducto de Calakmul, en donde se afirma que hubo un gasto de 500 millones de pesos en una obra que está a medias y no aporta agua a nadie.
Esa es la cuarta transformación: Mentira, traición y saqueo. Es lo que en unos meses heredará la Administración de Andrés Manuel López Obrador, el payaso al que Layda Sansores San Román califica de visionario, de ser el mejor presidente que ha tenido el país… pero no abre la boca para protestar por los incumplimientos. ¿Por qué?
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