Partido desahuciado

Que nadie dude que los operadores políticos de Morena y de la propia gobernadora, intensifiquen sus gestiones y chicanadas para anexar a más diputados a su bancada…

En sus redes sociales, la nefasta gobernadora Layda Elena Sansores San Román festejó el pasado lunes, que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se haya quedado sin grupo parlamentario en la recta final de esta LXIV Legislatura.

A la publicación de una de las paginitas digitales a su servicio, que a su vez replicó un discurso del coordinador parlamentario de Morena, Antonio Jiménez Gutiérrez, sobre la extinción del grupo parlamentario tricolor, la senecta mandataria escribió: “Histórico… Quién se lo hubiera imaginado después de 93 años en el poder!”.

Sólo le quedan dos semanas a esta Legislatura, y a partir del 1 de octubre, con la instalación de la LXV Legislatura, el partido tricolor volverá a recuperar a su grupo parlamentario, porque contará con al menos tres diputados, de manera que lo que para Layda Elena y para su títere Antonio Jiménez fue algo histórico, se acabará de golpe y porrazo.

Se entiende la desesperación de ambos personajes para presumir logros que son ajenos, ya que si a alguien hay que atribuirle la inminente extinción del Partido Revolucionario Institucional es a su dirigente y principal regenteador, Rafael Alejandro Moreno Moreno Cárdenas, cuya ambición y su enfermiza obsesión por el poder, lo llevaron a conjuntar todos los elementos que se requieren para que en las próximas elecciones los votantes le den totalmente la espalda y con ello pierdan oficialmente su registro ante el INE, algo que sí será realmente histórico.

Por lo pronto, que nadie dude que los operadores políticos de Morena y de la propia gobernadora, intensifiquen sus gestiones para anexar a más diputados a su bancada. Ya recurrieron a toda suerte de chicanerías para despojar de una diputación ganada a pulso por Movimiento Ciudadano en el Séptimo Distrito, a fin de no correr riesgos en la votación de reforma judicial que será enviada a los congresos estatales en las próximas semanas.

No han escatimado en el reparto de dinero para comprar voluntades y votos en la actual Legislatura y seguramente que seguirán haciendo lo mismo que tanto repudiaban de los partidos que anteriormente gobernaron al país y al Estado. Son copiones, malos y llorones.