Siempre hay otros: A la intemperie en los desencuentros

Mariano Espinosa Rafful

“Entre más brillante y original sea la mente, más se inclinará hacia la soledad”.

Aldous Huxley.

En los vaivenes propios de la temática de la levedad del ser en el texto de Milan Kundera, podemos ver atrapados un sinfín de ecos en la consciencia indestructible del pensamiento, en esa vagancia de los sueños inacabados.
Intercambiar puntos y comas de vista entre paisanos el pasado viernes, en la puntualidad casi inaudita de un político de grandes alturas, sin envidias, sino orgulloso de los ascensos inevitables, cuando se trabaja, pero la grilla de la cubeta sólo en el pueblo hace ver diferencias enmarcadas en sepia.
La actualidad no es la violencia, esa al parecer ya no vende, ni será tema campaña para 2024, consideramos que la reconciliación nacional, la unidad y la solidaridad con la pobreza, la falta de medicamentos en las comunidades rurales, esa enfermera que asiste al desvalido una vez por semana, es prioridad entre otras aristas.
Nos da gusto coincidir con quien desde el primer momento me ha demostrado congruencia, no se da en los políticos de la vieja guardia, esos la palmada, la llamada en espera, la ilusión en la esperanza y hasta la palabra empeñada que nunca salía a flote, ni con el pago del refrendo, hizo mella en la austeridad del aplauso.
Nos da gusto ver en primer fila siempre a la inteligencia que no se reconoce en Campeche, pero que está haciendo lo posible por trascender, por atender, por incidir en políticas públicas desde el Poder Legislativo, que permitan transparencia en el uso de los recursos, rendición de cuentas, fechas fatales y tiempos acotados, no agotados.
Nos da gusto contar con más que un paisano, un amigo fraterno, que escucha, podemos estar de acuerdo o no, en ese horizonte alterno de mi pueblo, al cual le entra con discreción, el relevo generacional es lo más importante, pero también la agenda de lo nacional, los incendios, accidentes y terribles abandonos por falta de decisiones asertivas.
Champotón se ha distinguido por, a lo largo de su historia, el ascenso de políticos que han llegado a cargos de elección popular destacados en el Estado y en el país, y hoy contamos con protagonistas para ese junio del año venidero, donde hoy no todo está dicho, en una batalla que se imagina desde todos lados competida, pero además de confrontaciones directas.
Las posiciones plurinominales no son ni premios ni privilegios, son distinciones al esfuerzo compartido, a la sumatoria de resultados en los tiempos de tormentas y poca cosecha, donde la congruencia le gana a la lealtad, y la pluma a los espacios de egoísmo, rigor y sobre todo funestas revelaciones de quien no cumple su palabra.
Somos parte de generaciones distintas, con tintes de experiencias en paralelo, reconocimiento a ese día en que Pablo Guillermo Ángulo Briceño se ha ganado a pulso de resultados en la política nacional, un lugar en el priísmo de talento.
Podrá gustarnos o no, podrán criticarse las formas, podrán los agoreros del futuro incierto, que nada suman al dinamismo de un país en movimiento, con la fuerza de la juventud, denostar, acusar y señalar, pero jamás tendrán razón al desconocer todo lo que se vive lejos del terruño, de la bondad disfrazada en Carnaval, y esos lamentos por desatender un mensaje, que nos lleva a callejones oscuros y sin compromiso.
No se requiere compartir colores ni pensamiento, en el disentir se encuentra muchas veces el justo medio, sin medias tintas o somos de verdad o simplemente no somos, existimos y exigimos justicia, claridad, democracia, inclusión y respeto; eso mismo está en el espejo todas las mañanas.
El reto de México es enorme, tan grande como las aspiraciones sociales, políticas, culturales y profesionales de cada uno de nosotros. Trabajar en cada trinchera nos distingue, sin falsos triunfalismos nos debería dar gusto saludar al éxito de un Estado como Campeche, con mucho por delante, pero con detractores que sólo retan y restan al futuro inmediato.