Mientras que la farsante Gobernadora dice que “no tiene a ningún pariente” en el Gobierno, los encargados de las diversas dependencias tienen que acatar todos los días órdenes de su sobrino “Seso Loco”…
¿Qué impacto psicológico puede provocar entre los integrantes del gabinete y los encargados de las diversas direcciones y despachos del Gobierno del Estado, el ver que su jefa, la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, miente con una facilidad que asombra?
La primera respuesta a la mano nos pudiera llevar a concluir con una frase muy común: “el mal ejemplo cunde”. Y si ella, la ‘líder’ de esta Administración, la “Jefa” del gabinete, la “patrona” o la que debería ser el ejemplo a seguir por sus subalternos, se la pasa diciendo mentira tras mentira, entonces ellos, los que están debajo de ella podrán emularla cuantas veces quieran sin temor a sufrir represalias. Resultado: tendremos (o tenemos) un Gobierno mentiroso.
Y es que los funcionarios de esta Administración se encuentran ante el dilema de que mientras que la farsante Gobernadora dice que “no tiene a ningún pariente” en el Gobierno del Estado, ellos, los encargados de las diversas dependencias estatales, se enfrentan todos los días a que deben acatar órdenes de su sobrino, Gerardo Sánchez, “Seso Loco”.
Es él quien preside las reuniones de gabinete ante las consuetudinarias ausencias de la senecta mandataria. Sea que por su edad ya no tenga fuerzas para encabezar todos los días las acciones de Gobierno, sea porque viaja a checar sus negocios a la Ciudad de México o se ausenta todos los fines de semana a descansar o a visitar a su ‘amante legítimo’, lo cierto es su sobrino quien asume el poder.
Es él quien toma las decisiones, es quien da las instrucciones, es quien asigna a qué constructor o proveedor otorgar contratos, el que suple en suma, las muy frecuentes ausencias de su tía. ¿No cobra por ello? ¿O es que su pago consiste en cobrar los ‘moches’ de los contratos asignados? Y si no es funcionario estatal, ¿por qué dispone de guardaespaldas que cobran como policías?
La única respuesta a todo ese embrollo, es que la Gobernadora miente cuando dice que no tiene a sus parientes incrustados en el Gobierno. Y si miente pública e impúdicamente, entonces da muestras de deshonestidad, pues las personas honestas son veraces, sinceras, reales.
En este tenor, si la lideresa de esta Administración da públicas muestras de deshonestidad, entonces ellos, los del gabinete, los de las dependencias, también tienen derecho a ser deshonestos, lo que contraviene los principios de esta falsa 4T que en Campeche no existe, de no mentir, no robar y no traicionar. Aunque vale decir, esa demagogia es lo de menos. Lo lamentable es que tenemos un Gobierno de mentiras, una Administración deshonesta y por eso estamos como estamos.
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