Juan Pablo Becerra-Acosta
El periodismo mexicano está bajo el acecho de muchos poderes y decenas de reporteros arriesgan sus vidas.
El miércoles pasado el jurado del Premio Nacional de Periodismo 2022 hizo un pronunciamiento sobre las difíciles condiciones en que trabajan la mayoría de los periodistas de este país. Vale la pena repasar algunos de los puntos que plantearon los miembros de ese cuerpo colegiado, luego de que revisaron los mil 024 trabajos concursantes, pero antes me detengo en algo que reconforta: “Corroboramos con beneplácito que en nuestro país se produce un periodismo de muy alta calidad”, escribieron.
Estupenda noticia, porque el periodismo mexicano está bajo el acecho de muchos poderes y decenas de reporteros arriesgan sus vidas cada jornada. No es metáfora: todos los días, en distintos Municipios y Estados de la República, nuestros colegas son agobiados por criminales o políticos. Los temas más recurrentes que halló el jurado retratan esa complicada realidad: “La violencia, el crimen organizado, la perspectiva de género, los feminicidios, la defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión; las desapariciones forzadas, el acceso a la información, la corrupción e impunidad (…)”.
Ese es el México de hoy en el que tienen que sobrevivir cientos de periodistas. Y lo hacen en condiciones deplorables. Expongo preocupaciones del jurado: 1. La precarización laboral mantiene “al gremio” con limitaciones en el acceso a sus derechos básicos. Esto no sólo afecta las condiciones de vida de nuestros colegas, sino que perjudica al propio oficio, “ya que periodistas se ven obligados a centrarse en noticias superficiales debido a la falta de recursos y tiempo para (emprender) investigaciones profundas y (practicar) una rigurosa verificación de datos.
Pues sí, quién tiene tiempo para reportear temas complicados y riesgosos durante semanas y semanas (o meses), y luego quién dispone de mucho más tiempo para escribir chulamente, si apenas tienes para comer y mantener a tus seres queridos, y por tanto estás preso en la cobertura diaria que te garantiza un sueldo raquítico.
- Pese a la creación de leyes y programas en favor de la equidad de género, este problema sigue siendo un tema pendiente en México y las redacciones no son ajenas al machismo que empantana a la Nación.
“La brecha de ingresos en México, resaltada por el IMCO en su informe de 2022, donde las mujeres ganan un 86% de lo que perciben los hombres, refleja las barreras que las periodistas enfrentan en el ámbito laboral, incluyendo la carga de trabajo no remunerado. Además, el informe del Reuters Institute en el mismo año subraya la escasa presencia de mujeres en roles de liderazgo en los medios de comunicación, especialmente en países latinoamericanos como México. Esta falta de representación se manifiesta en el reducido número de trabajos presentados por mujeres en el Premio Nacional de Periodismo”, alerta el jurado.
Una vergüenza, porque el país está lleno de talentosas periodistas, y sólo algunas logran romper techos de cristal. “En México ha habido un avance limitado en la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo en las salas de redacción. Para abordar esta disparidad, consideramos fundamental promover la paridad de género en las jefaturas y direcciones de medios (…)”, demandó el jurado.
3.- Es inadmisible que continúe el descrédito, estigmatización, ataques y violencia contra el periodismo y quienes lo ejercen. Es fundamental proteger a los reporteros que se arriesgan por informar y exhibir los excesos de criminales y poderosos porque yacen en “extrema vulnerabilidad”.
Que no se olvide, de Palacio Nacional para abajo, pasando por los cárteles: nuestro deber es pesquisar e informar, auscultar a los poderes, no ser voceros o propagandistas de nadie, ni tampoco activistas, porque entonces dejaríamos de ser periodistas para convertirnos en pequeños émulos de Goebbels, o sicarios con una pluma en calidad de fusil.
Y sin prensa libre, la democracia siempre estará bajo acecho.
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