Francisco Rodríguez
Ya empezaron a verse los primeros resultados de la reunión que el aspirante a caudillo Andrés Manuel López Obrador sostuvo la semana anterior con el secretario de Estado de Joseph Joe Biden:
Cambió de opinión y este lunes anunció que siempre sí, que sí, que como no, que claro, que sí acudirá a la reunión Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a celebrarse en San Francisco, California, a mediados del próximo mes.
Antony Blinken lo alineó.
O si usted prefiere, pareciera que AMLO recibió un buen tirón de orejas en Palacio Nacional por parte del alto funcionario estadunidense que obligó al tabasqueño a intentar enderezar el rumbo de su fallida Administración.
Y es que apenas el 21 de septiembre, hace un par de semanas, el ocupante de la sede del Poder Ejecutivo Federal avisó en una de sus matinés electoreras-cómico-musicales que no viajaría a la ciudad donde se ubica el Golden Gate para no avalar lo que sucedió con la destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú, país que es miembro de la APEC y que debería estar presidiendo a ese grupo multinacional, pero que…
…por sus pistolas, AMLO no quiso entregar el cargo a la presidente Dina Ercilia Boluarte Zegarra, como correspondía, con el mismo pretexto: Que a Castillo le habían dado un golpe de Estado, cuando había sido él quien lo había intentado.
Pero una reunión de tan alto nivel no debió ser para reconvenir a López Obrador e “invitarlo” a que hiciera acto de presencia en la multicitada próxima reunión.
Blinken, muy seguramente, debió traer en su agenda varios otros tópicos de índole económica, de seguridad y, sobre todo, electoral de nuestro país que ya afectan o podrían afectar en el futuro a los Estados Unidos.
Centrémonos en lo político y dejemos para más adelante los tópicos de la contrarreforma en energía eléctrica, maíz transgénico, fentanilo, militarización, corrupción cuatrotera, entre varios más que han provocado fuertes roces entre Washington y Ciudad de México.
Y la resolución de lo político electoral es quizá lo que más interesa allá en las riberas del Potomac.
Guardando todo tipo de protocolos diplomáticos, ¿qué tal si en la encerrona Blinken–López Obrador se habló de la inequidad y hasta de la iniquidad del proceso que debe culminar tras la elección del siguiente mes de junio?
¿Qué tal si ahí AMLO fue “persuadido” de dejar a su suerte a quien resulte electa, de que ni se le ocurra meter las manos en la Administración Pública más allá del término de su periodo?
¿Qué tal si las “sugerencias” ahí deslizadas hubiesen sido en el tenor de un futuro en la oscuridad de una mazmorra para el propio AMLO o, acaso, para alguno de sus familiares cercanos?
Más allá de las especulaciones, López Obrador ya fue cortésmente “invitado” a asistir a la reunión Asia-Pacífico, determinante en estos momentos de prolegómenos de una guerra en Medio Oriente que afecte a toda la humanidad.
Hamas no es Palestina. Palestina no es Hamas. En ese tenor, no estaría nada mal si el presidente Biden envía otra vez a México a su secretario de Estado a dar otro hipotético jalón de orejas al oriundo del villorrio Tepetitán.
A decirle ahora a López Obrador —en palabras del patriota húngaro Lajos Kossuth (1802-1894)— que “la neutralidad, como principio inmutable, es una prueba de debilidad.” Y hasta hace casi un quinquenio la política exterior mexicana no era débil, gozaba del respeto mundial.
Ello resulta peor, todavía, cuando se esgrime esa neutralidad ante situaciones que indignan a cualquier humano, cual ha sido el ataque terrorista a civiles en Israel, perpetrado el reciente fin de semana.
El Presidente de México se ampara a conveniencia en la Doctrina Estrada —mal recitada en sus matinés—, arguyendo la no intervención en asuntos internos de otras naciones…
…y es a conveniencia porque no pocas veces ha metido sus narices en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia y, como se apuntó al inicio de este escrito, en Perú.
AMLO y sus cuatroteros —como el vocero de Claudia Sheinbaum, Gerardo Fernández Noroña y varios textoservidores del establo de Jesús Ramírez Cuevas— confunden al brazo armado de Hamas con Palestina.
Y en ese tenor nada veladamente apoyan al terrorismo, como bien denunció la embajadora israelí en nuestro país Einat Kranz Neiger.
No señores. No se trata de atacar a Palestina, que bastante ha sufrido desde casi siempre.
Tampoco de defender a Israel a ultranza.
Hay víctimas en ambos lados del conflicto.
Al final del cuarto día de la conflagración, por ejemplo, se reportaban más de 900 fallecidos y más de dos mil 600 heridos en Israel, mientras que las autoridades en Gaza informaron que al menos 687 palestinos habían muerto y al menos otros tres mil 726 se reportaban heridos.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu, de otra parte, reportó que al menos mil 500 combatientes de Hamas muertos fueron hallados en Israel y alrededor de la Franja de Gaza la madrugada de este martes, hora de México.
No obstante, el mismo Gobierno israelí ha abierto las puertas a los habitantes de Gaza que también son víctimas de estas primeras escaramuzas.
No se enreden señores cuatroteros.
Condenen los actos terroristas, como hacemos la mayoría de los mexicanos.
Es como si desde afuera de nuestro territorio confundieran la violencia terrorista de los cárteles con todo el país.
Palestina no es Hamas. Ni Hamas es Palestina.
Así como México no es el CJNG. Ni el CJNG es México.
Así que, ¡aguas!, Blinken podría regresar para alinearlos.
Indicios. Tampoco se trata, por supuesto, de hacer un llamado a los gringos como recién hiciera el exmandatario Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa quien, en una conferencia en Madrid, bajo el cobijo del organismo ultraderechista de José María Aznar, pidió que los estadunidenses estén abiertamente metidos en el proceso electoral que, muy adelantado, ya está aquí en curso. Si el expanista necesitó a los vecinos del norte para encaramarse fraudulentamente en la Presidencia de la República en 2006 es una cuestión que más temprano que tarde se sabrá. * * * Y también tarde y repitiendo las argucias de su eternamente imitado López Obrador, Claudia Sheinbaum condenó el terrorismo y defendió la creación de un Estado Palestino. ¿Qué pasó con el Shemá Israel, señora “corcholata”? * * * Xóchitl Gálvez, en cambio, fue de las primeras en condenar la mortal lanzada de Hamas en territorio israelí. Eso ha dado pie a que los chairos, amlovers y cuatroteros la critiquen dizque por hacer campaña con la sangre de las víctimas y no, no tienen razón. * * * ¿Qué ha hecho el embajador de México en Palestina, Pedro Blanco Ornelas? ¿Qué apoyo brinda a los mexicanos secuestrados por Hamas? Ya debió haber establecido comunicación con la rama civil de Hamas para identificar a los mexicanos y sus familiares para 1. que no los maten; y 2. para que los dejen volver a México. Esto, por supuesto, no tiene relación con la neutralidad. Quienes conocen al diplomático lo consideran egocéntrico y autoritario, amén de lento para reaccionar. Es tan prepotente que, cuando fue cónsul en Seúl, quiso darle órdenes al embajador. * * * Mauricio Escanero Figueroa, embajador de AMLO en Israel, tampoco canta mal las rancheras. Durante las primeras horas tras los ataques mantuvo cerrada la sede de la legación y nuestros connacionales tuvieron que acudir a otras representaciones diplomáticas en busca de auxilio. Con razón se hablaba de que el hidalguense Omar Fayad, podría sustituirlo. ¿Todavía? * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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