El concierto masivo de los “Ángeles Azules” fue un acto de campaña de la candidata morenista a la Alcaldía, Jamile Moguel, con el cual rebasó el tope de campaña autorizado. Las autoridades deberán sancionarla…
Destinar más de siete millones de pesos para un concierto masivo con los “Ángeles Azules” en que la protagonista principal fue la candidata de Morena a la Alcaldía, Jamile Moguel Cococ, constituye un delito electoral grave que debe ser investigado por las autoridades correspondientes, pero que seguramente será pasado por alto.
Sin embargo este hecho, esta nueva sinvergüenzada de la gobernadora Layda Sansores San Román, debe servirnos como alerta, advertencia sobre hasta dónde puede llegar la mandataria morenista para imponer a como dé lugar a su corcholata particular, a quien le ha canalizado varios millones de pesos para su campaña, y trajo a los “Ángeles Azules” para apuntalarla.
El pasado 29 de enero, el Consejo General del Estado de Campeche fijó en cuatro millones 774 mil 266 pesos con 50 centavos el tope de gastos de campaña para la elección a la Alcaldía de Campeche, con lo que se demuestra que con el concierto del conjunto en mención, que tuvo costo superior a los siete millones de pesos, la candidata morenista Moguel Coyoc ya rebasó el presupuesto autorizado.
Luego entonces, el resto de los partidos y los candidatos deberían impugnar de una vez ese gasto multimillonario, a fin de que los consejeros electorales procedan conforme a la ley y le retiren la candidatura. Es decir, que la saquen de la contienda.
Que no nos salgan con que no fue un acto de campaña o de proselitismo, ya que todos vimos que en los alrededores del Estadio de Béisbol “Nelson Barrera”, se colocó todo tipo de propaganda de Jamile Moguel y de nadie más. Ni siquiera de Claudia Sheinbaum o de los que aspiran al Senado y a las diputaciones federal o locales.
Fue Jamile la que salió al escenario a saludar a los miles de campechanos que acudieron al concierto, y quien se benefició con esa erogación proveniente de las arcas estatales.
Por eso decimos que fue una sinvergüenzada, y por eso exigimos que las autoridades electorales investiguen y dictaminen el retiro del registro de la candidatura de esa muchacha, que se condenó para siempre al usar el slogan de que “Jamile es como Layda”.
Ya hay denuncias de ‘compras’ de credenciales de elector. Ya salió Layda y su hermanita a regalar despensas, hay un derroche insultante en artículos promocionales, lonas y espectaculares. Se ha rebasado el tope de campaña y no hay quien se interese en que se aplique la ley en contra de la corcholata laydista.
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