“Todo es compló”

El consejo de asesores de la Tirana de Palacio fue convocado una vez más, con carácter de urgente, para proponer a la gobernanta alguna salida, medianamente inteligente, que ponga fin a la crisis institucional que padecía todo el reino de la Culebra y la Garrapata a consecuencia de los yerros consuetudinarios de todos.

La reunión, como siempre, la presidía el Tarado sin Cerebro, sobrino predilecto de la hija del Sátrapa Negro, pues ella no estaba en condiciones ni físicas ni mentales para hacer un esfuerzo más.

La arrugada mandataria de cabello rojizo, amplios labios y ojos saltones  se consideraba la principal aduladora del Tatich Presidencial, y sostenía que escribir cada texto en que le lamía fervientemente los sabañones, era bastante agotador, tanto, que no le dejaba fuerzas para gobernar con atingencia al pequeño reino que le fue encomendado.

—¿Qué proponen para resolver este lío? —cuestionó con seriedad y enojo, el Tarado sin Cerebro, pero nadie se atrevió a hablar. Todos, sin embargo, llevaban en la mente la única solución viable al problema, que era regresar a la Pelos de Sosquil a esas tierras violentas, dominadas por el narco, de donde nunca debió haber sido extraída.

Nadie, empero, externaba de viva voz su pensamiento y en la reunión predominaba el silencio, a tal grado que se podían escuchar los ronquidos del senador Roncoa, a quien se convocó a esta junta debido a sus supuestas dotes de estratega, pero quien se la pasó durmiendo y transpirando por el sudor las botellas de whisky de la noche anterior.

La otra propuesta que también estaba en la mente de todos, era una salida digna de la gobernanta. Todos estaban conscientes que por su avanzada edad, ya no tenía fuerzas para estar al frente del reino, su demencia senil la hacía tener expresiones desafortunadas y desatinadas todos los días, y su constante ausentismo no le permitían tener control de los hilos del poder. 

“Que digan que se va ir a la campaña de la Corcholata y que dejará a un interino y que se lleve a todos sus foráneos”, pensaban los asesores oriundos de estas bellas tierras bañadas por las aguas del Golfo.

Nadie decía nada y las horas transcurrían, hasta que a alguien se le ocurrió la genial propuesta de divulgar que hay un complot en contra de ella, por ser la consentida del Tatich Presidencial, que todo forma parte de los planes mefistofélicos de sus enemigos políticos, y que no les hará caso porque ella no cede a los caprichos de nadie.

Todos aprobaron con aplausos, vivas y porras la propuesta del asesor. Despertaron a la gobernanta y al senador Roncoa y les dieron a leer el discurso que a partir de entonces tendría que repetir todos los días, hasta lograr que todos se crean ese embuste.