ROBOS, SIN RESPUESTA. Cada que mencionan a Lía Limón, alcaldesa de la Álvaro Obregón, se le ponen de punta sus repintados pelos a la casi octogenaria mandataria. Además de exhibir en el Jaguar sus propiedades —que le mandó de cortesía su amiga Claudia—, presentó unos chats de esos que inventa y edita su sobrino Seso Loco, con cargo a la UCS que regentea la Walas.
Sin embargo, en ningún momento responde de todos los cargos por los millonarios desvíos de recursos por los cuales fue denunciada varias veces en la Fiscalía General de la Ciudad de México. Las evidencias no dejan de acumularse sin que se sepa qué progreso tienen esas investigaciones, que también dependen de su amiga Claudia.
Si la mandataria en verdad quiere poner un ejemplo con eso de que “se acabó la robadera”, debe empezar por aclarar los robos que a ella se le imputan, los cuales, se ve que no terminaron en la Álvaro Obregón. Aquí, por ejemplo, no se ve dónde se invirtieron los más de 20 mil millones de pesos del presupuesto 2022. Y sí, la mayoría de los campechanos piensa que se los robó.
LA RATITA DEL DIF. Recibimos varios mensajes de nuestros lectores que laboran en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, que no dejan de alarmarse por el desmesurado desvío de recursos que se lleva a cabo en esa institución, que si bien tiene un propósito social y altruista, es en realidad usada para negocios personales.
Nos cuentan que la insaciable hermanita mete la mano en todas las licitaciones que se llevan a cabo, para usualmente favorecer a empresas no campechanas, que muchas veces ni siquiera prestan el servicio contratado. La ratita de dientes cortos y encías largas no deja cabos sueltos. Desde los contratos a costos elevados por arrendamientos de vehículos, la manipulación en la compra de paneles solares, hasta en las licitaciones de juguetes navideños. ¡En todo rasca!
Nos precisaron que además de Fernando Oceguera, hermano de la esposa de Rodolfo Sánchez Sansores, también está ahí el esposo de su hermanita Mónica, Mario Pavón. Ambos aparecen como directores de un DIF Estatal que a todas luces comienza a verse como un gran negocio familiar, en el cual, advierten, hay más parientes incrustados en la nómina.
HORRIBLES LETREROS. ¿Cuánto tiempo más debe transcurrir para que el INAH, que se encarga de conservar el Centro Histórico, clausure esos espantosos letreros que la Secretaría de Turismo coloca en cada sitio o monumento? De nada sirve que critiquen a sus antecesores por no haber puesto adecuada señalización, si hoy ponen letreros propios de una carretera que denigran cada lugar.
Pudieron hacer una mejor propuesta, más atractiva para los visitantes, con mejor forma y color. Todo confirma que tantos viajes no rindieron frutos positivos en los integrantes de esa dependencia. ¿Qué sigue después de esos letreros? ¿Ponerles código QR? Les falta más imaginación y ganas de trabajar.
Desde hace 30 años las autoridades en turno recalcan lo importante que es apostarle bien al turismo. Antes iban a ferias internacionales, hoy sólo ponen letreros espantosos y códigos QR. ¿Así vamos a mejorar en ese rubro? Se ve muy difícil.
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