Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | CRÓNICA DE UN ASESINATO

Transcurría el 15 de septiembre de 2021. En la sede del Congreso del Estado Layda Elena Sansores San Román rendía protesta como gobernadora. Desde el púlpito hablaba de las maldades que impondría al pueblo de Campeche, al recitar los nombres de quienes con la venia criminal se ocuparían de los cargos dentro del gabinete estatal.

El catálogo estaba repleto de arribistas y asaltadores de ocasión, todos con cualidad carroñera y criminal. La viña de la señora estaba repleta de la peor ralea, y Campeche —se vislumbraba— sufriría el dramático impacto.

El Gobierno de la criminalidad había iniciado. Al frente de la Fiscalía del Estado, Layda Elena nombraba a Renato Sales Heredia, quien en los tiempos de Fernando Eutimio Ortega Bernés fue impuesto como procurador, posición desde la cual violentó reiteradamente la ley. No se corrige en los campos de la capacidad y la legalidad. Su pasión es el servilismo. Y procede con devoción, entrega y fe.

El presidente Enrique Peña Nieto lo designó comisionado nacional de Seguridad, sexenio en que asesinaron a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa, y se fugó de la cárcel Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.

Así amanecía el 16 de septiembre del 2021 con la bata criminal Renato Sales Heredia. Había sido ungido como el supremo promotor del crimen en esta tierra del sureste mexicano. Inauguraba su arribo una familia que se encontraba durante las primeras horas de ese día en la Fiscalía denunciando la desaparición de tres mujeres, entre ellas dos menores de edad.

La indiferencia fue notoria. Nadie les prestó atención en esas instalaciones. El fiscal se hacía pato. Buscaba restarle importancia a la denuncia, cuando tres cadáveres yacían en una fosa clandestina en el poblado de Chiná, y una de las víctimas se asegura tenía relación con Sales Heredia, que era una de sus intimidades, y que con ella tuvo procreación. La versión hasta ahora no ha sido desmentida.

El sexenio se inauguraba con un feminicidio múltiple, donde presuntamente dos de las víctimas estaban ligadas a Sales Heredia. Cuando la magnitud de los crímenes escandalizó y horrorizó a la ciudad, entonces la Fiscalía, como conociendo la secuencia de los hechos, localizó los cadáveres, detuvo a los supuestos culpables y cerró las investigaciones.

No profundizó cómo ocurrieron los hechos, ni qué sustentó las investigaciones. Hay voces que señalan que en esos crímenes algo tiene que ver el hoy dimitente fiscal general del Estado, pues se especula que una de las mujeres tenía trato íntimo con él, y mantenía exigencias de que cumpliera con la responsabilidad adquirida en esa relación personal.

Si los familiares de las víctimas insistieran y lograran la reapertura del caso, se pudiera presentar una historia similar al asesinato de Debanhi Escobar, ocurrido entre el 9 y el 22 de abril del año pasado en Monterrey. Aquí el ahora exfiscal podría estar involucrado en este derramamiento de sangre.

Layda Sansores jamás habló del caso, pero al nombrar fiscal general a Renato Sales Heredia y secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana a Marcela Muñoz Martínez, inició la era del crimen en el Estado. Así la secuencia de numerosos hechos criminales. Ejecutados en Champotón, desaparecidos en Carmen, calcinados en Campeche y Escárcega, jóvenes asesinados en Atasta, colombianas masacradas en Carmen.

La ciudad capital es hoy imperio de asesinatos, en el Siete de Agosto, Fidel Velázquez y colonias populares. Las balaceras son parte de la fiesta urbana. En Campeche el imperio del relajamiento se sustituyó por el de la incertidumbre y los temores. Ayer eran casos aislados, hoy son el pan nuestro de cada día.

Estamos en un estado de ingobernabilidad criminal, una gobernadora aviadora, artista del engaño y merolica estridente, accionista del Palacio de Hierro, encubridora de delincuentes y maestra en el desvío del dinero público.

Campeche enterrado en una fosa clandestina por parte de criminales que hoy ocupan el Gobierno del Estado y utilizan el cuarto piso como su sede del crimen organizado. ¿Qué sigue con la salida de Sales y la llegada de un michoacano a la Fiscalía? ¿A quién acudimos por ayuda si los mismos delincuentes son los encargados de la seguridad?

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