Arlequín (*)
A ver, a ver, a ver, alguien aquí no está entendiendo que el país ya cambió, que hay una transformación en marcha. Desde hace cinco años el señor presidente López Obrador, lo dijo claro: contra los delincuentes “abrazos no balazos”. Entonces, qué parte es la que no entendieron los pobladores de Texcaltitlán, Estado de México, quienes arremetieron contra miembros del grupo criminal de La Familia Michoacana y en lugar de abrazos acabaron matando a machetazos a una decena estos señores delincuentes, que por años los han tenido sometidos, asolados con sus extorsiones. En videos que se volvieron virales se puede observar como pobladores de Texcaltitlán se enfrentan con el grupo criminal, quienes en defensa de sus vidas disparan su armas largas contra la multitud, que sin importarle que va contra una lluvia de balas cerca a los maleantes y acaba con ellos a golpes, patadas y machetazos.
Señores texcaltitlenses, de qué han servido tantas desmañanadas del presidente López Obrador para decir en sus conferencias diarias que a los delincuentes se del debe de llenar de abrazos, no de balazos, y aunque ustedes digan que no fueron balazos sino machetazos, para el caso es lo mismo, pues violaron uno de los mandamientos dictados por el líder máximo de la cuarta transformación. Acaso quieren acabar como Felipe Calderón, el presidente panista que le dio un garrotazo al avispero y con ello desató una guerra de los mil demonios entre las autoridades y los cárteles.
No entienden que este es un Gobierno humanista, en el que se trata con respeto y consideración a todos, incluso al narcotraficante y asesino Joaquín “El Chapo” Guzmán, y a su mamacita que en paz descanse. Si bien es cierto que los ciudadanos de Texcaltitlán estaban hartos de las extorsiones y amenazas del Rigoberto de la Sancha Santillán, alias “El Payaso”, el joven líder de La Familia Michoacana en esa región, y de sus gatilleros, tampoco era para que con sus machetes los hubieran asesinado a media calle.
Don Payaso, es verdad, era el delincuente que por años estableció en esa área del Estado de México su régimen del terror, y que él, y no a la Secretaría de Hacienda, era a quien los habitantes debían rendirle tributo, diezmo. También es cierto que él y sus gavilleros fijaban el precio de la carne, el pollo, el huevo, y decían cuantas gallinas podía tener cada uno de los habitantes de Texcaltitlán, y es real que quien no le obedecía acababa golpeado, asesinado o desaparecido, pero antes de matarlo a machetazos había muchos otros caminos que la cuarta transformación ha abierto para que los criminales desistan de sus fechorías y regresen al camino del bien.
Por ejemplo, “El Payaso”, en vez de dedicarse a la extorsión y la amenaza, podría haberse inscrito al programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, una estrategia de gobierno general creada para ofrecer empleo a los jóvenes para bridarles un mejor de vida, acercarlos al mercado laboral y alejarlos del crimen. Si los pobladores de Texcaltitlán en lugar de machetazos le hubiesen dado al Payaso abrazos, y consejos para que cambiara de vida, y lo hubiesen convencido de inscribirse al programa Jóvenes Construyendo El Futuro, en lugar de ser un aspirante a capo, “El Payaso” hoy sería un honesto aprendiz de algún oficio y estaría recibiendo cada mes en su Tarjeta del Bienestar 6 mil 310 pesos mensuales, y a partir de 2024, 7 mil 572.
Pero lo más importante, él y las otras 13 personas fallecidas en el enfrentamiento, estarían con vida. Otro paso antes de llegar a los machetazos a lo jijo era que un grupo de texcaltitlenses se hubiesen organizado para ir a hablar con los abuelitos y abuelitas de “El Payaso” y sus matones para pedirles que hablaran con sus muchachos y les llamaran la atención, que les dijeran que eso de andar por la vida extorsionando a la gente y matando a los que se resistan, no es de payasitos bien nacidos. Con un buen grito, y un par de chanclazos dados a tiempo, los habrían alejado de los machetazos.
El caso de Texcaltitlán da a los mexicanos una gran lección, ya lo ha dicho el presidente AMLO: “No se puede apagar el fuego con el fuego”, “no se puede combatir la violencia con violencia”, a dónde vamos a parar si todos los mexicanos sacamos nuestro machete para defendernos de los extorsionadores, ladrones, violadores, secuestradores, narcotraficantes y demás criminales, el único camino es el de los abrazos. No podemos reaccionar a machetazos, los mexicanos tenemos que ser un pueblo humanista y replicar el mensaje de amor que nos da todos los días nuestro Presidente. Piense que si todos los problema los queremos resolver con violencia, con un machete, entonces sí, ya nos cargó el Payaso.
ME CANSO GANSO. La burla del tren Maya.
Hace unas semanas El Universal publicó que la “farmacia más grande del mundo” que tendrá “todos los medicamentos que existen en planeta” y cuya inauguración prometió el presidente López Obrador para este mes de diciembre era sólo una bodega vacía, y que sería imposible que en lo que resta de diciembre pudiese ser abierta. El Presidente dijo que El Universal se estaba burlando. Ayer el Presidente inauguró el Tren Maya, pero aún hay varias estaciones en obra negra y partes de la obra están inconclusas, pero aún así cortó el listón. ¿Quién se burla de quién?
(*) Analista serio de la política cómica.
Más historias
Que vieja tan terca
CINISMO RAMPLÓN
EN LAS TRIPAS DEL JAGUAR: 21 NOVIEMBRE 2024