JORGE GUSTAVO SANSORES JARERO
HIPOCRESÍA Y FRUSTRACIÓN
Hace unos días el delegado presidente de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Campeche, Erick Alejandro Reyes León, en una de sus pésimas imitaciones de la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, mostró su enojo contra el partido Movimiento Ciudadano (MOCI) en la entidad, porque en sus redes sociales ha expuesto a los funcionarios de la Administración Estatal, provenientes de otras entidades.
Supuestamente dolido, acongojado, triste, taciturno y decepcionado, Reyes León aseveró que los fuereños tienen tanto derecho de ocupar un cargo en el Gobierno Estatal como los campechanos, pues “todos somos mexicanos, somos hermanos”, y sostuvo que impondría denuncia en contra de MOCI por discriminación.
Luego de su rabieta, de su justificación para que los invitados por la gobernadora Layda Elena Sansores San Román ocupen altos cargos en su Gobierno —como él que proviene de la Ciudad de México y fue impuesto en la presidencia estatal de Morena por la mandataria—, parece que a Erick Reyes se le olvidó eso de la “discriminación”, de que supuestamente “todos somos hermanos”, y por supuesto hermanas.
Recordemos que la mandataria Sansores San Román, en su show mediático del Facebook del pasado martes 5 de julio, aseguró tener fotografías de diputadas federales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) posando desnudas, supuestamente para intercambiar por curules con el presidente nacional de ese instituto político, Alejandro Moreno Cárdenas
Esa declaración de la gobernadora fue tomada como amenaza, incluso por sus propias correligionarias, además que ha puesto de manifiesto lo que es capaz de hacer Layda Sansores para eliminar a sus enemigos políticos de su camino. Pisoteó la Ley Olimpia, ha sido duramente criticada y hasta demandada, y por supuesto que en sus intentos de “aclarar” la situación, nadie le cree. Otra vez le ganó el hígado o le fallaron sus asesores.
Después del penoso ataque de la mandataria a las diputadas priístas, el pasado 8 de julio a las 21:42 horas, en su cuenta de Facebook que lleva por nombre Erick Reyes y lo denomina como político, el chilango lanzó: “Las diputadas del PRI mandan material indecente por WhatsApp a Alito Moreno para convencerlo de que les de una curul”. Y prosigue: “Alito recibe el material y les da una curul. Prostitución se llama”.
En su cierre supuestamente intenta defender a la gobernadora, aunque también puede que la haya responsabilizado, pues escribió: “Pero la responsable es @LaydaSansores. No se pasen. Tengan dignidad”. Como sea, el que careció de dignidad, de responsabilidad y hasta “se pasó” —al igual que Sansores San Román—, fue Reyes León.
“Prostitución se llama”, escribió Erick Alejandro Reyes León, esposo y padre de dos hijos, entre ellos una niña. Y aunque a las 23:44 horas de ese mismo día 8 de julio, editó su comentario y eliminó esa frase, la ofensa, el daño, el insulto y la etiqueta de prostitutas, ya se las había puesto a las legisladoras del PRI.
¿Dónde quedó el discurso vertido anteriormente por el “líder” morenista en la entidad? ¿Y eso de que todos somos hermanos? ¿Sus “sentidas” palabras únicamente defendían a los fuereños invitados para ocupar cargos en la Administración Estatal? ¿Los demás mexicanos y mexicanas no le preocupamos? ¿Y su actual declaración será por algún mal recuerdo? ¿Por alguna frustración?
Reyes León se queja porque le dicen chilango. Y a nosotros, los nacidos en Campeche, nos dicen campechanos. No entiendo en dónde está la supuesta ofensa que le hizo MOCI a los funcionarios provenientes de otras entidades.
Pero sí puedo indicarle a Erick Alejandro, que llamar prostitutas a las mujeres, sean quienes sean, independientemente del trabajo que tengan, sólo porque alguien asegura tener material gráfico y amenaza con enseñarlo, es la bajeza más grande que puede hacer alguien que se considera hombre. Porque su hombría cayó al piso y se fue al averno.
Ofendió a mujeres, no sólo a las del PRI, sino a muchas más. A todas. Porque, así como Reyes León pidió en su momento respeto para sus “hermanos” provenientes de otros Estados porque ocupan cargos públicos en el Gobierno Estatal, las féminas exigen respeto para las demás.
Y si las llamadas de atención locales y nacionales hacia la gobernadora Sansores San Román por este penoso hecho, no le bastan para detener sus arranques personales en contra de militantes de otros partidos, y tampoco llama a la cordura y respeto a su recomendado para ocupar la dirigencia estatal de Morena, Erick Reyes León, nos queda mucho más a deber.
Pensamos que tener una gobernadora —mujer, preciso— sería el inicio de la unidad que tanto hacía falta en Campeche, pero los ciudadanos percibimos lo contrario. Y si le agregamos que su comparsa sólo ha funcionado para replicar sus comentarios de antipatía, repulsión, aborrecimiento, saña, rencor, inquina, encono en contra de quienes no le agradan, vamos directo a dejar de vernos como hermanos campechanos, así como el sueño guajiro de Erick Reyes cuando defiende a sus amigos del gabinete.
Ahora que se acabaron los audios para montar el show, tal como ha anunciado la mandataria, ojalá y ya podamos ver un Gobierno que trabaje y una dirigencia estatal de Morena —si es que puede llamarse asía— con propuestas, ideas, apertura para los campechanos que se rompieron el lomo para lograr los pocos votos de diferencia que le dieron la supuesta victoria a la gobernadora, pero fueron desplazados por fuereños.
Y si cabe la recomendación, sería bueno que la gobernadora vuelva a interceder por Reyes León para ocupar la dirigencia estatal de Morena, pero en otra entidad. Sus ofensas han caído en gracia para los campechanos y las campechanas que tenemos hijas, hermanas, madre, amigas y respetamos a las mujeres, sin distinción, esas a las que él ha llamado “prostitutas”.
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