Francisco Rodríguez
Siempre ha simulado ser lo que no es.
Andrés Manuel López Obrador es un hipócrita.
Su cuarta transformación, pura hipocresía.
Más que con mentiras, el Presidente de México siempre ha tenido a la hipocresía como principal herramienta para embaucar.
Llevó a cabo una larga campaña política prometiendo, hipócritamente, que lucharía en contra de la corrupción…
…que regresaría a los militares a sus cuarteles…
…que acabaría con la violencia que azota al país…
…que lucharía en contra de la pobreza…
…que no vulneraría la autonomía de los otros poderes de la Unión…
…que respetaría y haría respetar las leyes…
Y apenas se sentó en La Silla hizo a un lado su hipocresía y se mostró tal cual en realidad es.
Hoy hay más corrupción que en todos los sexenios anteriores juntos. Ahí está el fraude de Segalmex que supera con creces a la llamada Estafa Maestra, sólo como un ejemplo.
Pero también como (mal) ejemplo está la presumible corrupción de sus familiares y más fieles cuatroteros.
Antes que escuchar la retirada, soldados y marinos han sido empoderados a niveles que no alcanzarían ni en sueños en una sociedad verdaderamente democrática, respetuosa de la civilidad. Obras, dinero, (in)seguridad, más dinero, propiedades que deberían ser públicas, más y más dinero son las nuevas medallas y galardones que cuelgan del pecho en los uniformes verde olivo y azul marino.
Antes que disminuir la violencia ha crecido exponencialmente. La protección a los criminales narcotraficantes y huachicoleros a cambio de dinero para financiar a cuatroteros y a campañas guindas a cambio de no lanzarles balazos sino darles abrazos ha provocado la muerte de más de 150 mil niños, mujeres y varones en lo que llevamos de este hipócrita sexenio.
Y a cambio de unos pesos entregados bimestralmente, la mayoría ha aceptado como verdad la hipócrita frase de que en 2024 tendremos un sistema de salud ya no sólo “como el de Dinamarca”, incluso “mejor” que el de aquella nación nórdica, cuando ya son casi cinco años que los anaqueles de las farmacias de clínicas y hospitales lucen vacíos, cuando no hay más instalaciones médicas, cuando todo el sector es un desastre que provocó la muerte de 800 mil mexicanos durante la pandemia,
Todo lo prometido, pues, fue pura hipocresía o, si usted así lo prefiere, hipocresía pura.
López Obrador es un hipócrita. La 4T, hipocresía.
La sucesión, otra hipocresía. En eso de respetar las leyes y no entrometerse con los demás poderes públicos AMLO es el hipócrita mayor.
Lo vemos ahora que manipula su propia sucesión con la cúpula de su Movimiento con total hipocresía.
Que dizque para no violar las leyes electorales sus “corcholatas” no están en precampaña y mucho menos en campaña, sino en una especie de concurso de hipocresía donde no hay financiamiento de Morena sino, hipó- critamente, los concursantes sacarán de sus bolsillos y de sus ahorros los recursos para recorrer el país y pagar su propaganda… cuando el gran financiero, lo hemos visto, puede ser el crimen organizado.
Eso es hipocresía pura, ¿no cree usted?
Que dizque no hay dados cargados es otra de las grandes hipocresías del proceso, pues a nadie escapa que “la favorita de Palacio” es la muy irritable señora Claudia Sheinbaum, a quien ya vimos romper la hipócrita unidad con sus gritos al titubeante y muy disminuido Alfonso Durazo.
Hipócritamente, las “corcholatas” no son llamados precandidatos, sino aspirantes a coordinador de la defensa de la cuarta transformación o
un apelativo que con toda hipocresía oculte el de candidato a Presidente de la República.
Y para rematar el Primer Hipócrita de la Nación llama a Palacio Nacional a los consejeros del INE ante quienes se compromete, con toda hipocresía, a respetar las leyes electorales y las decisiones del Consejo de la institución.
¡Vaya que son hipócritas!
¿No cree usted?
Indicios. Otra hipócrita promesa, pero ya como titular del Ejecutivo Federal, fue la de dar un precio de garantía a los productores de maíz del norte de la República. Para no variar, AMLO no cumplió. Lo peor es que el gobernador de Sinaloa Rubén Rocha ha llamado irresponsablemente a que los productores, que han mantenido cerrados en dos diferentes momentos, las instalaciones de Pemex en Topolobampo y el aeropuerto de Culiacán a que ahora mejor se planten y cierren las plantas de Gruma, Minsa y Cargill. Violentar la ley, otra característica de los cuatroteros. * * *Martí Batres fue la propuesta de la hasta el jueves jefa de Gobierno de CdMx para sustituirla en el cargo al que renunció el viernes. Con bien ganada fama de porro, golpeador y varios otros estigmas, su nombramiento es de mero trámite. Nada cambiará y mucho menos mejorará en la capital nacional de todos los mexicanos. * * * Gran despedida recibió Ricardo Monreal por parte de sus cercanos e, incluso, de los opositores, quienes le reconocieron sus dotes de liderazgo y conciliación. Los dos cargos que ocupaba el zacatecano fueron salomónicamente entregados a Eduardo Ramírez, quien se queda con la coordinación de la bancada cuatrotera, y César Cravioto, quien representará a los guindas en la Junta de Coordinación Política, * * * Y por hoy es todo.
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