LA CLOACA DE LA LOCA | 18 DE ENERO DE 2025

Es más fácil y menos molestoso culpar a otros, que admitir que la mata de la corrupción está en casa, y que de una u otra forma, la propia anciana gobernante impidió que se procediera penalmente contra Alito…

CORRUPCIÓN EN CASA

Una de las razones por las que no han procedido las denuncias penales contra Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, sea por enriquecimiento ilícito, corrupción, asociación delictuosa, tráfico de influencias, etcétera, es porque la parte acusadora, léase Layda Sansores y su fiscal en turno, no han podido comprobar la veracidad de sus dichos.

Es cierto, todos en Campeche creemos que Alito Moreno es un corruptazo. También creemos lo mismo de la inepta y negligente Layda Sansores, y hasta pudiéramos decir que no hay exmandatario que escape de ese epíteto, porque de una u otra forma, todos salieron bien forrados de sus cargos y para eso no recurrieron precisamente a obras de caridad.

Pero una cosa es decir y acusar y otra muy diferente comprobar los dichos y en esa parte ha quedado trabada la anciana y mentirosa Sansores. Lo que no se ha dicho sin embargo, es que ella misma frenó la posibilidad de que se comprobara la presunta culpabilidad de Moreno Cárdenas.

Tiene a la mano a quien fungió como tesorera en el Gobierno de Alito. América Azar Pérez es visita frecuente en su casa, acuden juntos a conciertos, comparten alegres el juego de la lotería campechana y hasta son parientes, porque está casada con su sobrino, Gerardo Sánchez Sansores, alias Seso Loco.

Si la perversa anciana hubiera querido concluir rápidamente el proceso judicial contra el hoy dirigente nacional del PRI, bastaba con que obligara a su sobrina a que atestiguara y presentara sus testimonios ante las instancias judiciales correspondientes.

Pero no lo hizo porque con ello se corría el riesgo de que ella también fuera procesada, pues, como dice el refrán, tanto peca el que mata la vaca como el que le jala la pata. Y vaya que la sobrina de la gobernadora le jaló la pata bastante, como se observa en su casi milagrosa prosperidad económica.

No esperamos que de estos temas vaya a hablar la senecta mandataria cuando en su programa despotrique contra los jueces y magistrados que no le cumplieron el capricho de ordenar la aprehensión de Moreno Cárdenas. Es más fácil y menos molestoso culpar a otros, que admitir que la mata de la corrupción está en casa, y que, como el propio sobrino loco ha asegurado, hasta ella misma —Layda Elena— fue beneficiaria de todo lo que se sacó de la Secretaría de Finanzas, cuando América Azar estuvo al frente.

Es solo una muestra de la grave corrupción que ha beneficiado a la represora mandataria. Hay muchas más que próximamente se irán exhibiendo. Por eso quiere acallar a los medios y periodistas que la han exhibido de manera recurrente. Pero también fracasará en eso.