Fue, por si se le ha olvidado, nuestra representante popular durante 15 años como senadora y diputada federal. Que nos informe: ¿qué resultados produjo? ¿Cuál fue el fruto de sus gestiones?
Acostumbrada a ver la ‘paja en el ojo ajeno y no ver la viga que trae en el propio’, la descarada y doctrinaria gobernadora Layda Sansores acusa a todos los campechanos de haber sido cobardes en las últimas cuatro décadas, por no haber exigido con pasión, que el Gobierno Federal otorgue al Estado lo que en justicia nos corresponde por los incuantificables millones de pesos que salieron del petróleo campechano, para financiar el desarrollo nacional.
Flaca la memoria de la manipuladora mandataria, y gigantesco su cinismo, pues olvida que ella representó a todos los campechanos durante 12 años en el Senado de la República, tres años más en la Cámara Federal de Diputados, desde hace tres años está al frente de los destinos de Campeche, y jamás de los jamases pudo lograr que la Federación voltee los ojos a Campeche.
“Nos conformamos con migajas”, acusó en alguna otra de sus intervenciones, generalizando un sentimiento que seguramente no es el de todos los campechanos, la mayoría de los cuales seguimos inconformes porque hasta el momento, ninguno de los gobiernos que hemos tenido, ni los tricolores, azules o guindas, se han atrevido a saldar esa deuda histórica que tienen con el Estado.
Lo que asombra es el cinismo de la inhumana, insensible y arbitraria Sansores San Román. Esa facilidad inaudita para culpar a otros de los errores propios.
O que responda: ¿por qué culpar a todos los campechanos de ser cobardes, por no exigir lo que en justicia nos corresponde? O es que ¿no se supone que ella representaba a los campechanos? Fue, por si se le ha olvidado, nuestra representante popular durante 15 años como senadora y diputada federal. ¿Qué resultados nos trajo? ¿Cuál fue el fruto de sus gestiones? ¿Cuántas veces exigió desde las tribunas legislativas que a Campeche le dieran lo justo por nuestra aportación a las finanzas nacionales?
Aún más. Desde hace tres años, como gobernadora —se supone— de todos los campechanos, ¿qué resultados nos ha dado si ni siquiera es capaz de informar en qué ha gastado más de 75 mil millones que ha manejado del presupuesto estatal?
Si se supone que tenemos “al mejor presidente” que ha tenido el país, y con quien ella profesa una gran amistad, que nos responda: ¿llegaron las oficinas de Pemex a Ciudad del Carmen? ¿Ya nos dan en participaciones federales lo que en justicia nos corresponde o, como siempre, nos siguen recortando recursos ante el silencio cómplice, cobarde, timorato y rastrero de su mentirosa gobernadora?
Vaya cinismo, amnesia o demencia senil. O todo junto. Qué vergüenza de gobernadora tenemos…
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