EXPEDIENTE | LAYDA NIEGA AYUDA A COCTELEROS

Tremenda decepción causó la insensible y cínica gobernadora Layda Elena Sansores San Román a los propietarios de las palapas incendiadas la semana pasada en el área de los cocteleros, al no ofrecer nada para iniciar la inmediata reconstrucción de la infraestructura dañada y reactivar los 100 o 150 empleos que generan esos restaurantes.

Temerosa, apanicada por el repudio popular que ha acumulado en 32 meses, Sansores San Román envió a una ‘avanzada’ a evaluar la situación, hacer un primer diagnóstico de los daños, medir el estado de ánimo de los empresarios afectados y de sus empleados, y evaluar qué propuestas hacer para resolver el problema.

Quien encabezó la ridícula ‘avanzada’ laydista fue el hampón secretario de Gobierno, el sinaloense Armando Constantino Toledo Jamit, quien en esta etapa de su vida, en su calidad de alto funcionario estatal, olvidó que algún día fue empresario, las necesidades que se enfrentan para mantener a flote los negocios y la indispensable ayuda que requieren de las instituciones gubernamentales cuando enfrentan alguna desgracia.

Tranquilo, porque cobra un oneroso salario acompañado de una muy jugosa compensación, Toledo Jamit se olvidó de su etapa de empresario tras lograr una sustanciosa renta de un baldío a la SPSC para que opere su corralón, además de venderle un rancho de poco valor en varias decenas de millones al Ejército Mexicano para la construcción de un hotel en Edzná. Grandes negociazos a la sombra del poder.

Por eso llegó alzadito y con aires de pedantería, quien alguna vez fue intrascendente presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Campeche y trató de manera indiferente y déspota a los restauranteros que en unos cuantos minutos perdieron el patrimonio que habían logrado consolidar a lo largo de varios años.

Cortante, Toledo Jamit escuchó a los afectados y les planteó varias alternativas de endeudamiento, descartando la posibilidad de que el Gobierno les otorgue recursos a fondo perdido para que puedan reiniciar lo más pronto posible sus actividades. Les cerró la puerta pues.

Tal vez el arrogante sinaloense no lo sepa, porque la nube fifí en que se encuentra no le permite ver la realidad, pero la zona de los cocteleros es uno de los principales atractivos gastronómicos de esta capital, y sitio de interés de los turistas.

Horas después llegó en su Suburban de lujo la anciana gobernadora sin ánimos de ayudar en nada. Después de obligar a los restauranteros a que le narraran otra vez el problema que enfrentaban, repitió su estribillo favorito de que no hay dinero, menos aún para apoyar a fondo perdido. Lo más que podría hacer es analizar la posibilidad de otorgarles créditos a través del Fondo Campeche, para que se endeuden y puedan iniciar las labores de reconstrucción. Los rostros de decepción se multiplicaron entre su auditorio.

A diferencia de Layda Elena, desde que el sol alumbró el malecón campechano el pasado domingo varias brigadas del Ayuntamiento de Campeche empezaron a ayudar a los propietarios de las palapas para sacar los escombros, limpiar la zona y trasladar al basurero las toneladas de residuos que se recogieron en la zona siniestrada.

Algunos otros candidatos y brigadistas de Movimiento Ciudadano llegaron a apoyar y a repartir gorras, playeras, bolsas, comida, agua y refrescos a los empleados de las palapas, que también colaboraban con la limpieza.

De mal humor, molesta porque a los candidatos de su partido no se les ocurrió apoyar a los afectados, Sansores San Román se convirtió en una estatua de piedra en el diálogo con los restauranteros. Su cantaleta fue la misma: “no hay dinero”, “no hay dinero”, “no hay dinero”.

Paradójicamente la corrupta y mentirosa Layda Sansores había presumido horas antes el derroche de más de siete millones de pesos para el concierto de los Ángeles Azules como “regalo” por el Día de las Madres, aunque realmente ese evento fue acto de campaña disfrazado a favor de su candidata que no levanta, Jamile Moguel, quien hasta hoy no se ha parado a dialogar con los restauranteros afectados ni les ha llevado un vaso con agua.

¿No tiene dinero el Gobierno del Estado? ¿Para quién? Con el importe que en cuatro meses cobra la madre de Walther Patrón Bacab al Gobierno podrían hacer unas palapas nuevas. ¿Y los 25 mil 773 millones de pesos de su presupuesto? ¿Y los 533 millones 750 mil 761 pesos de pesos para ayudas sociales? ¿Y el multimillonario presupuesto de seis mil 295 millones de pesos que maneja la Oficina de la Gobernadora? ¿Y los cinco mil 762 millones 696 mil 869 pesos considerados en gastos “no etiquetados” para este 2024? ¿No hay dinero para quién?

Basta revisar con atención el Presupuesto de Egresos 2024 aprobado  por el Congreso del Estado, para corroborar que dinero sí hay, pero lo que no existen son las ganas de ayudar a la gente. Ningunearon los 150 empleos que estarán inactivos por unos meses en lo que reconstruyen y equipan las palapas. Tal vez ese valemadrismo se deba a que ya percibieron que esos campechanos tampoco votarán por Morena, y por eso les están dando largas a sus demandas.

Layda volvió a decepcionar a los campechanos, así como no cumplió a los empresarios proveedores de Pemex, con quienes existe una deuda multimillonaria, así como dio la espalda a los ganaderos afectados por la sequía, así como traicionó a los transportistas campechanos, que están a punto de ser sacados del negocio con el Tren Ligero que será su tiro de gracia.

Así como a los mieleros de Los Chenes los abandonó tras perder más de 15 millones de pesos por el siniestro de sus apiarios,  y como ha dejado en el desamparo a campesinos, pescadores y maiceros, igual desdeñó a los restauranteros de las palapas y a sus trabajadores, quienes tendrán que rascarse con sus propias uñas.

La corrupta e insensible gobernadora prefirió usar el presupuesto de que dispone para fines electorales, en su afán de imponer a su candidata en la alcaldía de Campeche, de quien la gente se mofa con un nuevo eslogan: “Si quieres que te metan el chile, vota por Jamile”. Una verdadera vergüenza.