Sergio Aguayo Quezada
Las futuras campañas van tomando forma. Las encuestas confirman el fenómeno Xóchitl, y Sheinbaum sigue adelante de Marcelo Ebrard quien enarbola la tecnología como bandera y método.
Xóchitl Gálvez vive un buen momento. Llegó hace poco y ya es puntera de la oposición. Le ha bastado con responder —sin perder la sonrisa socarrona—a un Presidente enfurecido. Eso le da una tregua para pensar en una mejor respuesta que la dada al periodista Jorge Ramos: “hoy no tengo una propuesta de seguridad clara”. Tampoco la tienen los partidos que la respaldan, con eso parte en desventaja frente al pelotón de Morena. Me centro en sus dos punteros.
En la encuesta publicada por El Financiero este lunes, Sheinbaum adelanta con 10 puntos a Ebrard (29 y 19 por ciento respectivamente) quien se ha lanzado a la ofensiva tomando la inseguridad como tema central; “esa es la preocupación principal que he escuchado en toda la República” le confesó a Joaquín López-Dóriga.
A partir del lunes 10 de julio, Ebrard dedica una hora los lunes para hablar sobre la seguridad y el uso que dará a la tecnología en este tema (no acepta preguntas). Sheinbaum reaccionó a su primera aparición criticándole la falta de “una estrategia integral”. Ebrard aprovechó la puya para retarla a debatir en dos ocasiones; Sheinbaum le respondió con la indiferencia de quien lleva diez puntos de ventaja.
Desde otra perspectiva, el énfasis de Ebrard en la tecnología puede ser una manera de contraponerse a un Presidente que sigue defendiendo su peculiar doctrina. El martes 11 de julio AMLO respondió a la inquietante movilización de las bases sociales del crimen en Guerrero refrendando que “el mal se enfrenta haciendo el bien”, que solucionará la violencia “sin el uso de la fuerza” y que la actitud correcta es la “presencia, la paciencia y la prudencia”. Vamos a ver cuánto tiempo aguantan Ebrard y Sheinbaum sin comentar las opiniones del presidente.
Esta semana la dedico a hablar sobre la tecnología a partir de un subtema discursivo de Ebrard: su mención al C5 capitalino, la institución que él creó y Sheinbaum consolidó. El C5 es uno de los mayores éxitos de los gobiernos de izquierda en la capital. Ha sido clave para lograr que la ciudad sea una fortaleza que resiste mejor que otras entidades los avances del crimen organizado.
En el gigantesco edificio que lo alberga, conviven y se coordinan, cada hora del año, representantes de 28 instituciones, en su mayor parte gubernamentales, aunque también sociales (la Cruz Roja, por ejemplo). Un complemento del C5 son los más pequeños C2 que refuerzan, en algunas alcaldías, la vigilancia sobre los delitos de alto impacto.
Rodrigo Peña González, quien coordina en El Colegio de México una investigación sobre las estrategias de seguridad implementadas en la capital desde 1997, le reconoce a Ebrard la paternidad de la institución pero añade que Sheinbaum es “quien más ha apostado por el C5y quien le ha sacado más provecho”. Indudable que el Gobierno capitalino ha multiplicado su capacidad para generar datos y para coordinarse.
Un alto funcionario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ilustra la apuesta del actual Gobierno capitalino con unas cifras: recibieron a un C5 con 13 mil cámaras y ahora tienen 74 mil. Eso les permitió—por ejemplo—, identificar con rapidez a los autores materiales del atentado contra Ciro Gómez Leyva. Ebrard presume constantemente su creación y promete blindar a México con cámaras, drones, computadoras e inteligencia artificial. Ya veremos en qué termina el proyecto de un megachancho C5.
Una maldición mexicana es la pésima costumbre que tienen nuestros gobernantes de desecharlo hecho por sus predecesores para abrir espacio a sus intuiciones y opiniones. Esta elección podría ser diferente porque Sheinbaum y Ebrard le han apostado a la tecnología, y porque es posible que Gálvez haga lo mismo; es una ingeniera que ha construido edificios inteligentes.
La seguridad es demasiado importante para dejarla totalmente en manos de los políticos, sobre todo cuando ignoramos quiénes competirán por la capital. Es buen momento para que las organizaciones ciudadanas que afinan sus agendas, incorporen al C5 y a los C2 como una de sus prioridades. Han dado buenos resultados. Deben mantenerse gane quien gane.
@sergioaguayo
Colaboró Jorge Araujo
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