Pocas veces se había visto que en estas pacíficas tierras, la gente se organice y movilice para denunciar injusticias propiciadas y solapadas por las autoridades gubernamentales.
Es cierto que siempre ha habido conflictos, pero no se les habían dejado crecer, hasta convertirse en causa de inestabilidad política, como ocurre con el caso de los policías, reflexiona don Julián, al sostener que esta calma que ha demostrado la Tía Rata puede ser peligrosa. “Puede presagiar una tormenta en contra de los sublevados”, alerta el veterano exsirviente de la Mansión Blanca del Sátrapa Negro.
Rememora también que la hija del viejo cacique lleva en la sangre los genes de la arbitrariedad, el autoritarismo, el rencor y la violencia, y por eso es que el conflicto no se resolverá sin que antes ella sacie su sed de venganza con alguno de los implicados. Va a tratar de dejar un escarmiento.
—“Tal vez no se ha dado cuenta de que el problema no son los policías, sino su soberbia, su terquedad, su estupidez para evitar que un conflicto que pudo ser resuelto en un plazo máximo de dos horas, haya tardado ya más de un mes. Que un problema que no debió pasar de ser chisme local, se haya convertido en tema nacional, y que ella sea objeto de burlas, escarnio, pitorreo y ridiculizaciones por su ineptitud”, expresa a su vez doña Chela, quien aún porta la playera y la bandera blancas con las que fue a marchar el sábado pasado.
Desde su ficticio atril, don Julián coincide en que la inestabilidad que se vive en nuestra muy amada patria chica no tiene una sola causa, pues en Xpujil los pobladores cerraron carreteras por falta de agua; en la universidad, los maestros y trabajadores administrativos protestan por la ineptitud del rector, en la Universidad de la Isla los jubilados están plantados porque no les pagan sus pensiones, los empresarios de todo el Estado están inconformes porque no les pagan, los ganaderos porque les roban sus animales y los extorsionan… y así podemos ir enumerando los conflictos que no ha resuelto la gobernanta y ninguno de los de su equipo.
Es esa acumulación de conflictos lo que nos hace confirmar que vivimos en un Estado fallido, que debe ser resuelto de tajo, destituyendo a todos los que ejercen el poder y designando a un nuevo grupo de personas de capacidad probada, que puedan ayudar a sacar a nuestra querida entidad de la barranca en que la ha metido la anciana hija del cacique. Es urgente, antes de que la sangre llegue al río, advierte el veterano charlista.
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