Ignora gobernadora a familias de Santa Cruz

No nos iremos del Palacio de Gobierno hasta que nos atienda, advierten; niños y adultos mayores permanecen a la intemperie y duermen en el suelo

A la intemperie, con hambre y sed y usando el suelo como cama, las familias de la Santa Cruz que perdieron casas, cultivos, animales de traspatio y pertenencias en el violento y arbitrario desalojo, continúan plantados en Palacio de Gobierno para exigir justicia y que la gobernadora Layda Sansores les dé la cara.

Lizbeth Saraí, de cinco años de edad, junto con otros niños y adultos mayores, duermen en los pasillos del inmueble. Sobreviven con lo que personas altruistas les donan en alimentos y ropa.

Los adultos dijeron estar decepcionados de Morena y Layda Sansores, a quien apoyaron para llegar a la gubernatura pero por su demencia lo olvidó, “y a cambio de nuestros votos nos dejó sin hogar. Supuestamente ella, junto con el secretario de Gobernación (Segob), Adán Augusto López, y el alcalde Pablo Gutiérrez Lazarus, autorizó el desalojo”.

En un proceso viciado —acusaron—, los Chaín Perdomo, radicados en Estados Unidos y quienes aparecieron de la nada como dueños del predio ubicado en terrenos nacionales, son beneficiados por el Gobierno de Layda Sansores, a través de instancias de procuración e impartición de justicia.

Y advirtieron: “Nos mantendremos en lucha los días que sean necesarios hasta que nos atienda la gobernadora Layda Sansores. Mañana (por hoy) llegará las 45 familias restantes desalojadas, para reunirse con funcionarios estatales”.

Recordaron que agentes policiacos municipales y estatales y de la Guardia Nacional, llegaron a eso de las 10 de la mañana a su comunidad y con lujo de violencia quemaron sus casas y empleando maquinaria destruyeron todo. Un sujeto conocido como Gabino González, trabajador de los Chaín Perdomo, dirigió el operativo sin darles tiempo de sacar sus pertenencias.

Vivíamos del campo sembrando maíz, sandía, pepino y chile, pero todo lo destruyeron. Teníamos animales para el autoconsumo. Con Layda Sansores ser campesino es un delito, y al rico le dan más. Queremos que nos devuelvan nuestras tierras y casas, exigieron.