CIUDAD DE MÉXICO (El Universal).— Matthew Perry está listo para compartir la verdad sobre su vida con sus millones de fanáticos. El protagonista de “Friends”, de 53 años, amado por su interpretación de Chandler Bing en la exitosa serie de televisión, publicará en noviembre sus memorias, “Friends, Lovers and the Big Terrible Thing”, que detalla su viaje con momentos increíbles y otros demoledores.
En su primera entrevista para hablar sobre su libro, el actor detalla cómo sus adicciones a las drogas y al alcohol en secreto casi le cuestan la vida.
“Quería compartir mi vida cuándo sintiera que estaba a salvo de volver a entrar en el lado oscuro”, dijo el actor en exclusiva a la revista People en el artículo de portada de esta semana.
“Tuve que esperar hasta estar bastante sobrio, y lejos del alcoholismo y la adicción, para escribirlo todo. Y lo principal era que estaba bastante seguro de que ayudaría a la gente”.
Perry reveló que casi muere a los 49 años. El actor pasó varias semanas luchando por su vida por una perforación gastrointestinal producto del uso excesivo de opioides. Pasó dos semanas en coma y cinco meses en el hospital y tuvo que usar una bolsa de colostomía durante nueve meses.
Cuando ingresó por primera vez en el hospital, “los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2% de posibilidades de vivir”, recordó. “Me pusieron una cosa llamada máquina ECMO, que hace toda la respiración de tu corazón y tus pulmones. Lo llaman Ave María. Nadie sobrevive a eso”.
Cuando Perry participó por primera vez en “Friends” a los 24 años, su adicción al alcohol apenas comenzaba a surgir. “Podía manejarlo, más o menos. Pero cuando tenía 34 años, estaba realmente metido en muchos problemas”, admitió.
“Pero hubo años en los que estuve sobrio durante ese tiempo. La temporada 9 fue el año en el que estuve sobrio todo el tiempo. ¿Y adivinen en qué temporada me nominaron a mejor actor? Pensé: ‘Eso debería decirme algo’“.
En un momento aterrador en la cima de su carrera, Perry estaba tomando 55 pastillas Vicodin al día y pesaba 60 kilos. “No sabía cómo parar”, dijo. “Si la policía viniera a mi casa y me dijera: ‘Si bebes esta noche, te vamos a llevar a la cárcel’, comenzaría a empacar. Las adicciones son progresivas. Entonces se pone peor y peor a medida que envejeces”.
Aunque Perry trató de ocultar su condición, los cambios dramáticos en su apariencia cada año reflejaban su estado. Sus compañeros de reparto “fueron comprensivos y pacientes”, dijo.
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