Tribuna Campeche

Diario Independiente

Dirigentes petroleros buscan el cobijo de la 4T

La asamblea programada por los sindicatos petroleros, para este miércoles 26, tiene la única finalidad de poner al gremio petrolero a las órdenes y levantar la mano a favor del secretario de Gobernación, Adán López Hernández.


Aseguró lo anterior el disidente y jubilado, Marco Arcos Lucio, quien señaló los dirigentes sindicales petroleros, de las secciones 42 y 47, buscan con ese acercamiento, cobijarse con la 4T para evitar ir a la cárcel por las denuncias en su contra.


Tiene el único objetivo de congraciarse con la cuarta transformación, así como evitar la rendición de cuentas y la transparencia en el manejo de los recursos de la Sección 42 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), enfatizó.


“El líder todólogo”, Luis Gerardo Pérez Sánchez, busca los mecanismos para mostrar se supuesta fortaleza, en que se declarará “amigo” de Adán López Hernández, secretario de Gobernación y aspirante a la candidatura a la Presidencia de la Republica de Morena, dijo.


Las violaciones a los derechos de los trabajadores y el saqueo indiscriminado a las arcas del gremio, para su propio enriquecimiento, son temas que busca sepultar —Luis Gerardo—, alzándole la mano al aspirante de la cuarta transformación, señaló.


Destacó que esa comparsa y farsa de fortaleza, la habrán de montar durante la asamblea a la que convocara el “líder todólogo”, Luis Gerardo Pérez Sánchez, para el 26 de abril, en la que para llenar el salón habrán de hacer acopio de los trabajadores transitorios y jubilados.


En contubernio con funcionarios de la Petróleos Mexicanos (Pemex), habrán de bajar a personal adscrito a la Sección 42 de las plataformas en la Sonda de Campeche, otorgando permisos económicos a quienes firmaron su basificación de manera reciente y a obreros que gozan de la simpatía de los líderes sindicales.


Recordó que a los trabajadores transitorios, no los dejan ingresar al edificio sindical, los cuales deben permanecer a las afueras, en espera de una oportunidad de trabajo, y cuando logran ingresar, les revisan sus mochilas como unos delincuentes, además de que les cobran entre 10 mil y 15 mil pesos por sus contratos.

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