Tribuna Campeche

Diario Independiente

Advierten desastre ecológico

ACAPULCO, Gro. (El Universal).— El huracán Otis no sólo destruyó casas, hoteles, restaurantes y comercios, también devastó la fauna y flora del puerto.
Los vientos de “Otis” dejaron pelones casi todos los cerros. Ahora están como si los habría arrasado un incendio forestal: árboles secos, sin ramas ni hojas, sólo troncos y el concreto de las casas que quedaron en pie. La flora y fauna son también los grandes damnificados.
Son las 14:00 horas en Acapulco, el calor está en su punto más álgido, se suda a chorros. Esto no es raro en el puerto, es su clima regular; el problema es que ahora casi no hay árboles, hallar una sombra donde refugiarse es muy difícil.
Acapulco quedó a la intemperie, expuesto a la inclemencia del sol. Para donde se mira hay igual láminas y postes que árboles tirados. Muchos árboles, gigantes, árboles muy antiguos están derribados.
El Parque Papagayo, que era uno de los pulmones verdes del puerto, con sus más de 22 hectáreas, quedó devastado, con miles de árboles caídos, lo que repercute en especies endémicas y aves migratorias.
Los árboles que sí resistieron están maltrechos, sin ramas ni hojas, sólo troncos.
En las playas es lo mismo: muchas palmeras están arrancadas desde la raíz, otras vencidas y unas son puros tallos. Desde la bahía, los cerros que la rodean se ven cafés, no hay ninguna mancha verde que ponga en evidencia un árbol.
Acapulco perdió mucha de su vegetación y eso ya está teniendo consecuencias. Octavio Klimek Alcaraz, académico, doctor en ciencias forestales y ambientalista, alertó de las consecuencias sociales a corto, mediano y largo plazos por los daños a la flora y fauna.
Consideró que en la reconstrucción de Acapulco forzosamente se debe incluir a la naturaleza, de no hacerlo los efectos serán graves, pues de entrada, hay un desastre ecológico por la caída de miles de árboles que alteran la vida de las aves y otras especies.
A mediano plazo, afirmó Klimek Alcaraz, si no se atiende la devastación de la naturaleza, el siguiente año, en la temporada de estiaje, se presentaría mayor número de incendios a causa de tanta vegetación seca.

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